Ignacio Fernández Reyes

Me impresionó mucho leer en la revista del Sábado de El Mercurio la entrevista a la familia de Soledad Lapostol, asesinada hace un año. Ante la pregunta del periodista respecto de si perdonaban a quien cometió el asesinato, la respuesta del esposo y de los 3 hijos estuvo en la misma línea. El criminal no muestra señales de arrepentimiento y parece gozar de su acto, por lo que es imposible perdonarlo. Y eso que puede parecer obvio pues mucha gente cree algo parecido, me hizo pensar que el perdón no está en que otro te pida disculpas. ¿Quiénes sufren por no perdonar?, ¿quiénes repasan, imaginan y fantasean una y otra vez los detalles de esa noche de secuestro y muerte?, ¿qué vidas parecen haberse detenido con la muerte? Los familiares de Soledad Lapostol están poniendo su vida en las manos del asesino, esperando algo imposible (que pida perdón) dado su perfil psicópata y están viviendo un mal presente. Si no se dan cuenta que el perdón es un gesto interior que sale de lo profundo del ser...

Estoy muy feliz y emocionado con el lanzamiento del libro Psicología para la Vida. Es la concreción de un sueño, en muchos detalles sentidos: * Escribir junto con 14 profesores de la Escuela de Psicología de la Adolfo Ibáñez, muchos de ellos amigos y compañeros de camino hace harto rato, sobre todo Jorge Sanhueza, Pía Cordero, Ricardo Baeza, Felipe Landaeta, Lorna Cortés, Roberto Arístegui, Tere Quintana y Verónica Bagladi. Es una construcción colectiva que da cuenta de nuestras inspiraciones y esfuerzos persistentes y rigurosos por más de 7 años, siendo otra esquina más de la potencia creadora y emprendedora de este equipo increíble, afiatado, alegre y reflexivo. Doy gracias a la vida por haberme puesto ahí, pues he sido parte de construcciones para otros que jamás soñé. Me acuerdo cuando con Jorge soñamos la Escuela en 2001. Estábamos seguros que sería como lo visualizábamos, aunque se veía lejano y tan inalcanzable. Y este es un pasito más. Nunca llegaremos, pues sabemos que siempre...

El creciente número de personas que están despertando a su conciencia viven una certeza en su proceso de automaestría: es necesario que conserven su energía pura y diluyan o eliminen las fuentes internas y externas que producen energía negativa, tóxica o de baja vibración. Como esto tiene que ver con los 7 centros de energía del cuerpo (los chackras), la tarea es limpiar los centros inferiores para conservar la energía en los superiores. De hecho, la literatura milenaria da cuenta de esto: quienes logran mantener limpios sus centros sexuales, digestivo y el plexo solar (las emociones inferiores) son candidatos a que la energía suba a los centros superiores. Quienes logran sostener su energía en el corazón, la garganta, la pineal y lo coronario, comienzan a experienciar procesos de autoiluminación. Eso en lo teórico. El proceso se entiende y es simple, aunque difícil de llevar a cabo. Para la cotidianeidad de cada uno implica: 1. Conservar la energía sexual y hacer un uso cuidadoso de e...

Para contextualizar mi comentario, declaro que no me gustan los animales, en general, ni los perros, en particular. Veo que entregan compañía incondicional, inocencia amorosa (en general, no todos) y son dulces. También siento que atrapan la energía más espiritual de las personas y que bajan la vibración ambiente, por lo que opino que no debiesen estar dentro de una casa. A pesar de mi distancia con los canes, no logro sacarme el estremecimiento por la horrorosa insensibilidad de las personas que mataban los perros. No conozco detalles ni los voy a demonizar. Sólo quiero decir que me parece un acto de inhumanidad terrible (inperrunidad debiese ser) y que no hay razones que lo justifiquen, ya sea la falta de recursos, poco personal, exceso de perros o lo que sea. Sabemos que siempre hay vías alternativas cuando se tiene la voluntad. ¿Cómo anestesiaron sus emociones esas personas?, ¿qué hacían cuando su GPS interior les gritaba el espanto de lo que hacían?, ¿cómo estaban tan dormidos a s...