La actitud de los gerentes


Este posteo es un aggiornamiento del post anterior, que se publicará en una revista de RRHH dedicada a "gerentes generales exitosos".

En este número dedicado a los CEO, quiero hablar sobre la actitud de los gerentes en las empresas.

¿Qué hacen los gerentes?

Se les paga para conducir una empresa o área hacia buenos resultados. Son los responsables de fijar los objetivos, idear las estrategias, focalizarse en la acción y controlar su ejecución, con un diagnóstico realista del presente y una proyección seria del futuro. En la naturaleza de su rol está ser exigentes, imponer sentido de urgencia y sobrecargar la empresa, dentro de límites razonables. Son los llamados a movilizar a las personas hacia el alineamiento organizacional y crear tensión creativa para provocar desempeños e innovación crecientes, llevando a las personas a zonas de incomodidad y desafío. Deben controlar el cumplimiento de las metas y planes, tomar decisiones ante los malos resultados, resolver la incertidumbre y ser claros en la comunicación de lo relevante. Son los articuladores del sentido compartido de una organización y los creadores de las condiciones organizacionales para el logro de las metas. Un gerente que va más allá de su autoridad y es reconocido como líder es un facilitador de tres tipos de condiciones: condiciones de resultados, condicionales emocionales para el trabajo coordinado de los equipos y condiciones de aprendizaje de las personas de su organización.

¿Cómo lo hacen?

Aquí aparecen los problemas, en la actitud con la que la mayoría de los gerentes ejerce su rol. Se constata un curioso automatismo: como tengo un cargo de mayor autoridad que otros (es decir, como hay asimetría de poder), por alguna extraña razón los gerentes asumen que la forma de llevar esa relación también tiene que ser vertical. Aparecen los tratos autoritarios, los ninguneos, las descalificaciones, el látigo y el patrón de fundo, entre otras cosas. Un rol asimétrico no supone una actitud asimétrica. Todos estamos en relaciones marcadas por roles asimétricos. Podemos estar en la posición de mayor autoridad (gerente, jefe, papá, coach, profesor) o en una de menor autoridad (subordinado, hijo, coachee, alumno). Eso sólo marca una diferencia de jerarquía en las funciones y responsabilidades que tenemos y no determina cómo nos relacionamos.

¿Por qué razón la mayoría de los gerentes mantiene una actitud autoritaria, con un cierto gusto por alzar la voz, sentirse poderoso y crear miedo para lograr los resultados? Las ventajas de esta actitud vertical son mucho menores que las de una actitud simétrica y horizontal.

Los mejores gerentes son lo que combinan su quehacer exigente con una actitud horizontal, cordial y cercana, creando climas positivos y generativos, donde se aprecia lo que se ha hecho bien y se valora la contribución de los equipos y personas. Una actitud centrada en lo que funciona (más que en los errores) y que pivota en las historias de éxito organizacional. El gerente que invita a su personal a una travesía desafiante y compartida, que crea experiencias laborales de primer nivel, que es productor de energía organizacional positiva y que visualiza el futuro, inspirando a otros. Un trato respetuoso y positivo no significa que el gerente esté incumpliendo las obligaciones de su rol o mostrando debilidad. Al contrario. Es una señal de grandeza, gestión del sí mismo y liderazgo personal.

Los equipos más exitosos, las personas más satisfechas, los emprendimientos más innovadores y las sociedades más pacíficas y con mayor bienestar ya entendieron que la combinación es respetar los roles y jerarquías diferentes, construyendo un espacio emocional marcado por una actitud positiva y horizontal.

¿Por qué cuesta tanto dejar las ventajas de comportamientos no horizontales, donde me creo o actuó creyéndome superior a los demás, confundiendo identidad con poder del cargo, sin ver que somos finalmente un conjunto de legítimos otros, iguales en dignidad original?

Comentarios

Pía Cordero dijo…
No van a dejar las ventajas de sus comportamientos no horizontales hasta que "conozcan", experimenten y disfruten de las ventajas de un comportamiento horizontal. Pero para eso tienen que salirse de la asimentría que es lo difícil, como es el único repertorio o el más recurrente y les reporta ciertos beneficios no se mueven, prefieren la zona de comodidad.
Según lo que he visto no son muchas las personas con un motor propio que los movilice a ir siempre por más, a ampliar su repertorio conductual y que se atrevan a navegar en lo desconocido. Grandes todos los que se atreven!!

Me parece genial la distinción entre el rol y la actitud, desde que te escuché la he ocupado un montón y también me sirve para entender varias cosas y personas.
Y cuando se los explico a otros a todos les hace tanto sentido.
Gracias por escribir eso que es transparente.

Pía.
Excelente resumen. Quizás la cuestión más difícil en el ejercicio del liderazgo es diferenciar el Rol de la Persona. Genera una Autoridad "informal" a partir de relaciones horizontales facilita el ejercicio del liderazgo, que desde la autoridad se ve limitado en algunos aspectos. Pero sin duda, el liderazgo requiere de algo mucho más importante: sentido de propósito, un aspecto profundo y que demanda mucho esfuerzo y trabajo para encontrarlo, a partir de ahí se puede construir todo lo demás.

Nuevamente felicitaciones por su blog.
Gracias Pía por tu comentario. También comencé a usar la distinción entre rol y actitud, y es muy clarificadora para las personas. Me gusto eso de develar algo transparente. No lo había visto así. Te lo agradezco.

Eduardo, que bueno que te guste el blog. Comparto que la clave es la construcción de propósito y sentido.
Ignacio,
muy interesante el post, y los comentarios de Pía y Eduardo.

A modo de complemento a los comentarios de ellos, creo que el tema pasa por romper los paragigmas y supuestos que tienen hoy los Gerentes Generales (y gerentes en general), de modo de no caer en ese esquema Gerente = Mandonear Verticalmente.

Como he comentado en otras ocasiones, yo mismo he sido cuestionado por utilizar la horizontalidad con mis "subordinados", tildándome mis pares y Jefe Dircto de no tener don de mando ni liderazgo. Lo divertido, es que mi área es la que mayor productividad tiene, y las relaciones humanas son las mejores... ¿? ¡Plop!
Felipe Landaeta dijo…
"Pero si genero espacios positivos y expansivos, terreno fértil para la innovación, puede que alguno de mis subordinados explote y nos demos cuenta que es mejor que su jefe (o sea yo), mejor que funcione hasta donde yo lo dejo, así la amenaza está controlada"

"Trato a la gente tal como me trata el que está arriba mío, es funcional, llegamos al punto que queremos llegar"

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Concuerdo en que el camino es la horizontalidad y positividad, en el ninguneo se multiplica a la persona por 0, y lo que es peor, como gerente me multiplico por 0.

He visto que en algunos negocios está validado el maltrato ya que "así la gente se motiva, porque no entienden con buen trato". Parece que algunos han aprendido a motivar a través de golpear el "orgullo" de los subordinados. El año pasado en una empresa de retail en regiones me comentaban que "si no es con chuchada la gente no te pesca y no se mueve".

Mi conclusión es que por este tipo de cosas esa empresa no la está rompiendo y evidentemente no está entre las innovadoras. Se me hizo obvio luego de observar que los gerentes funcionaban entre ellos de la misma forma y el GG tenía el estilo de ninguneo en público a los gerentes de área. Impresionante.

Mientras tanto, pude ver algunos equipos que al trabajar desde la horizontalidad y desarrollar mayores niveles de confianza y positividad pudieron crecer e ir transformándose en un "oasis en el desierto" dentro de esta empresa y estuvieron a punto de lograr resultados históricos de venta en el mismo período en que trabajamos con ellos.

Me sumo al comentario de Pía y agradezco la develación y la generación de distinciones que pasan transparentes.

Felipe
Anónimo dijo…
Muy bueno el artículo, creo que me hace reflexionar en mi trato con las personas...
RIBOSOMA dijo…
Gran tema el desarrollado, creo que las personas dificultosamente distinguimos entre rol, tarea, responsabilidad y el ser del otro. Esta semana ha estado difícil, me ha tocado por mi rol aplicar fuertes sanciones. Las reacciones en general, debido al dolor que provocan, suelen ser ataques frontales a la persona tras el rol. En mi caso, el desafío ha sido aguantar el chaparrón y cumplir con lo que me toca empatizando con el dolor del otro, sin por ello mover el timón. Y aunque difícil tarea, es posible y creo que a la larga son siembras de buena cosecha. La tentación es el autoritarismo, roncar fuerte, separarse del otro, "si te gusta bien y si no te friegas, para eso soy la autoridad", pan para hoy hambre para mañana.

Aunque sea difícil, tiene sentido. Tiene sentido contener al otro y escuchar lo que tenga que decir, sin por ello no cumplir con la tarea.

Mi desafío, desarrollar mayor blindaje emocional, porque aunque uno entienda el contexto en que se dan las reacciones, los ataques personales son difíciles de digerir, chupan mucha energía y el cuore se resiente igual.

Hay que lograr empatizar, para contener, sin vacilar, ni sobreexponerse.

Defiendo la horizontalidad a pesar de las carachas, vale la pena.

(catarsis de la semana)

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