Hebras de conciencia, texto de Susana Muñoz


Un texto imprescindible, escrito por Susana Muñoz, Directora de Serbal.


Contextos hostiles se han ido configurando a través del tiempo en una interacción que omite a los sujetos y en donde no se consideran las necesidades reales y legítimas de sus miembros, especialmente los más frágiles y desvalidos que son fáciles objetos de uso y abuso. Es la explotación relacional. Ésta, transmitida transgeneracionalmente, desestabiliza e inclina la balanza de justicia relacional.

El miedo, el dolor y el desreconocimiento acumulados por siglos decantan en odio, resentimiento y amargura profunda que se nutre ante la evidencia de la insensibilidad, incoherencia y vacío de aquellos a los cuales se percibe como “poderosos”.

En este contexto aparecen, en primer término, los síntomas de mal estar, los cuales en un lenguaje críptico intentan una denuncia que busca el reconocimiento y el proceso de restablecer en parte la injusticia. Ante la ausencia de resonancia, ante la omisión, ante el silencio indiferente, ante el intento de acallar voces y cuerpos, se instala la oposición. 

Entonces surge la competencia y, más tarde, la escalada simétrica, para luego, tácitamente o no tanto, declarar la guerra y la exigencia del pago de una deuda impagable, la deuda de la historia, de la vida vivida y que “debió ser de otro modo”. En último término el deseo profundo de haber sido “otro/a”.

La búsqueda de justicia da lugar a la violencia, el infierno, el impulso de destrucción y auto destrucción en donde todos pierden. La premisa se cumple: de alguna manera me he convertido en aquel o aquella que me dañó. No soy distinto/a de esa figura y mañana cuando detente el poder, probablemente los más frágiles serán mi objeto de agresión, reeditándose la pauta de injusticia una vez más. En último término, se sostiene un equilibrio homeostático donde todos perdemos.

Interrumpir el circuito de violencia, vivir los duelos que esta pérdida implica, saldar internamente deudas de lealtad, poner el juicio entre paréntesis, contactarse con las personas más allá de sus roles, comprender sus miradas de mundo desde sus propias historias, articular con sus miedos, daños y dolores....nos permiten desplazarnos en la humanidad en donde los seres vivos que somos, podamos responsabilizarnos de la existencia toda.

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