Ofrecer una felicidad incoherente

Así como en el coaching o en la espiritualidad, con el tema del bienestar y la felicidad en la vida y el trabajo sucede lo mismo: hay personas que se aprenden las principales ideas, construyen algún producto o marca, salen a vender como expertos en el tema y logran seguidores, sin encarnar en la vida personal y en las relaciones con los demás aquello que predican.

Esta incoherencia es riesgosa para las personas que enganchan con las ofertas de la industria de la felicidad no encarnada. Predicar y no practicar, hablar y no demostrarlo en los comportamientos cotidianos es entender el bienestar y la felicidad como un negocio o una marca, y no como una actitud existencial ante la vida y ante los otros, demostrable en los comportamientos cotidianos.

Pasa en todos los dominios. Escuchamos a alguien e intuitivamente chequeamos su nivel de coherencia. Algunos criterios para chequear si quienes hablan de felicidad sólo pontifican o verdaderamente encarnan lo que enseñan son los siguientes:

  • Actitud personal tranquila, dialogante, positiva y presente. 
  • Propósito personal guiado por valores inclusivos y trascendentes, donde los objetivos personales son sólo una parte del sentido existencial. Una ética cordial.
  • Alta calidad de la presencia ante otros. Los demás se siente vistos y considerados.
  • Sensibilidad ante las necesidades de los otros, disponibilidad para ayudar en la satisfacción de éstas y capacidad de responder efectivamente.
  • Relaciones interpersonales confiables, horizontales, respetuosas y colaborativas.
  • Capacidad de escuchar y conectar empáticamente con otros, sabiendo que de la red de relaciones segura y confiable emerge la co-construcción de lo nuevo, innovador, colaborativo y efectivo.
  • Manejo de conflictos que busque una solución consensuada y beneficiosa para las partes.

Cumplir esos estándares es difícil para los que hemos dedicado nuestro quehacer al Bienestar corporativo, la Felicidad organizacional y el Liderazgo efectivo para el alto desempeño (LEAD). Es exigente pues requiere consciencia, mucho autoconocimiento y un trabajo personal sistemático y profundo para:

  1. Desaprender los patrones arrogantes, autoritarios, individualistas y de abuso del poder imperantes en varios de nosotros.
  2. Evolucionar hacia patrones integrados, respetuosos, horizontales, inclusivos y efectivos. 

Quien no hace este profundo trabajo de evolución e integración personal no logrará sostener el discurso y la incoherencia se traducirá en inefectividad de resultados y relaciones, más temprano que tarde. Nadie da lo que no tiene en sí mismo.


Cada vez que tengo el gusto de conocer a personas coherentes pienso en los criterios antes mencionados y me parecen estándares para una vida plena y consciente. 

Esa es la tarea. Construir dentro de cada uno y en la red de relaciones estas formas de vida. Parecernos cada día más a los patrones de la naturaleza y la biología: armónicos, integrados, con ritmos que no se pueden acelerar, en red y un equilibrio sistémico sorprendente.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Luces y sombras de la encuesta Great Place to Work

Especialismo

Sentido organizacional trascendente