Candidatos presidenciales: Firmeza y Cercanía.
La proclamación de Andrés Allamand como candidato presidencial de RN
mostró su lema de campaña: Firme contigo. Su discurso estuvo cargado de
referencias a un líder que actuará con firmeza, decididamente y que no le
temblará la mano. En la otra vereda, la todavía no-candidata Michelle Bachelet
es reconocida por sus atributos de cercanía, empatía y competencias afectivas.
Pareciera que hay una oposición de atributos, una disyuntiva entre ambos.
El análisis de los estilos de dirección en las organizaciones muestra
que el liderazgo que mejor funciona en generar resultados sostenibles en el
tiempo es el que balancea la firmeza con la cercanía. No sirve el exceso de
firmeza ni el exceso de cercanía.
Por firmeza se entiende el foco en los resultados, la exigencia, el
poner tensión para lograr las metas, resolver rápidamente ante las situaciones,
actuar asertivamente ante las desviaciones. Son personas que aprietan a sus
equipos, les gusta poner el pecho a las balas y exacerban el sentido de
urgencia. Su foco está en qué hacer, más que en cómo hacerlo. Valoran el
ejercicio impecable del rol de autoridad más que la actitud con la que se
ejerce.
La cercanía es resultado de nuestra actitud, de cómo nos relacionamos
con las personas. Se caracteriza por la creación de ambientes agradables donde
priman las relaciones y emociones positivas. La actitud es horizontal, a
diferencia de la superioridad o la inferioridad. Se hace sentir a los otros
como pares, como iguales en dignidad y legitimidad. Las conversaciones se
centran en lo que funciona, tienen mirada apreciativa de vaso medio lleno e
inyectan energía a los equipos. Visualizan el futuro e inspiran proyectos.
Si cruzamos las variables de firmeza y cercanía aparecen los estilos
de dirección de los líderes. Siguiendo el léxico de Blake y McCanse, si tu
estilo es poco firme y poco cercano eres gestor de nada. Poco firme y muy
cercano equivale a un gestor de club de campo. El gestor de tareas es firme y
poco cercano, mientras alta firmeza y alta cercanía dan cuenta del gestor de
equipos.
La forma de presentarse de Allamand exacerba la firmeza y falla en la
cercanía. El estilo de Bachelet aumenta la cercanía y adolece de firmeza. A
Golborne es difícil leerlo en estas variables. Parece cercano y parece firme.
Hasta ahora hay poca evidencia para dar una opinión. Orrego parece mostrar un
buen balance entre firmeza y cercanía.
Lo que muestran los estudios de liderazgo efectivo es lo mismo que
quiere la ciudadanía: un líder firme y a la vez cercano. Emergen desafíos
importantes para los candidatos. Allamand requiere incrementar su cercanía para
mostrarse como gestor de equipos más que de tareas individuales (este último es
el estilo de Piñera, excesivamente firme y excesivamente poco cercano).
Bachelet requiere mejorar la percepción pública de su capacidad de
tomar decisiones oportunas y firmes, para dejar la sombra de gestora de club de
campo, afable y de buenos amigos, para moverse a la articulación de equipos.
Golborne necesita anclar alguna imagen, hoy difusa. Es el que la tiene más
difícil, pues requiere mostrarse cercano y transmitir la certeza de que es
firme, en el sentido de evidenciar las ideas y criterios con los que decidirá y
dirigirá si fuese electo. El resto de los candidatos corre sin opciones de ser
presidente.
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