Vacaciones, flujo y el sentido de lo inesperado

Necesitaba vacaciones. Algunos imponderables en la coordinación de los programas que conduzco en la Adolfo Ibáñez me obligaron a trabajar en exceso durante diciembre y enero, lo que se suma a la apasionante, entretenida e intensa carga habitual. Amo mi trabajo pero también me cansa.


Visualizaba estas vacaciones como la oportunidad para echarme, poner la mente en remojo, hacerle cariños a mi cuerpo y gozar con mis hijos al igual que en las inolvidables vacaciones del año pasado. Todo marchaba según "lo planificado" hasta que mi GPS interior gritó: es hora de emprender otro libro. Se me apareció el sentido, sus significados, el para qué de esa contribución y todo se ensambló. ¡Que sorprendente cuando se nos devela algo incierto, inimaginado, no pensado, no planificado y, que cuando emerge, es tan sentido, natural y propio!


Mis sueños (la magia de conectar y seguir las directrices de lo onírico) me mostraron las imágenes y las visualizaciones ciertas de que es el tiempo de canalizar el manantial de flujo creativo que bulle hoy en mi en otro escrito, que esta vez salga de lo propiamente íntimo y se ubique en el espacio de lo relacional, en el mundo del nosotros, en lo inter-subjetivo y sus claves. En un día emergió la estructura, los contenidos, los énfasis y el título: GPS interpersonal, la vida es con otros.


Y las vacaciones cambiaron en parte de rumbo. Esos días en que estaría "echado" cambiaron a la fluidez del escribir, a las ganas de plasmar cada idea en el papel, a que ese sentido que me habla en el corazón se manifieste en palabras cercanas que ojalá puedan interpretar a muchos. Cuando escribo el tiempo se detiene, los sonidos se silencian, el espacio se difumina y conecto con esa Fuente creativa superior que me va develando las palabras, los tonos, las sonoridades, las perspectivas y las sensaciones de las palabras y las frases, en la búsqueda de que todo esté afinado, suene bien, se articule armónicamente y se escuche una bella melodía.


Es curiosa esta sensación de estar agotado y con ganas de escribir. En rigor no es un trabajo, es una pasión, una misión, un escalón que me permite completarme y contribuir a que otros encuentren pistas y herramientas para mejorar en la relación con otros. Feliz y fluyendo.


Serán 10 días de escritura y luego "vacaciones vacaciones", con mis hijos y nuestras aventuras. No creo que termine el libro. En marzo retomaré mi disciplina de escritura para terminar el 30 de abril. Si le agrego 3 meses de edición, diseño e imprenta, estaría viendo la luz en agosto. Así será, visualizado está y escribiendo estaré. ¡Que inenarrable sensación de plenitud, conexión y contribución!

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