Cómo enfrentar el 2012

Más allá de la credibilidad que cada persona entregue a los cambios que se pronostican para el 2012, tanto desde fuentes formales como la Nasa y la confirmación del aumento de las explosiones solares y su impacto en el alza del campo electromagnético de la Tierra, como desde fuentes informales y las predicciones de diversos orígenes, este año se ha despertado un interés mundial por la posibilidad de un gran cambio planetario que nos tiene en la incertidumbre.

Podrán parecernos ciertas o falsas las predicciones, aunque para casi nadie deja de ser fuente de inquietud este año de “profundos cambios”. ¿A qué se referirá? Nadie sabe. Pareciera que está lejos de ser el término de la vida humana y la desaparición del planeta, aunque también pareciera que algunos cambios energéticos a nivel planetario y de las personas llegaron para quedarse, en la senda de la transformación hacia una vida más integrada y espiritual.

Si bien no hay estudios psicológicos que muestren qué sucede con las personas en escenarios de alta energía electromagnética ni de nuestro comportamiento ante un intenso aumento de la frecuencia e intensidad del campo vibratorio de la energía, se pueden observar algunas reacciones durante 2011 y el inicio de 2012.

El fenómeno más llamativo es la polarización emocional. Quienes han logrado balancear sus emociones y viven en una cierta armonía han profundizado sus estados de tranquilidad, mientras que aquellos que viven frecuentemente en el miedo y las emociones negativas, también han incrementado su energía negativa. Se observan conductas más extremas. Los buenos parecen más buenos y los malos parecen más malos, en una suerte de desencaje energético creciente y que tiende a la colisión entre personas y grupos.

Las movilizaciones sociales de 2011 en Chile y otras partes del mundo pueden interpretarse desde esta perspectiva: muchos están despertando a sus derechos y presionan a los poderosos a una distribución más ecuánime y justa de bienes, derechos y oportunidades. Lo que Jaime Hales llama el ingreso a la era de Acuario y su influjo de renacimiento y conciencia parece estarse constatando paulatinamente.

Otro fenómeno llamativo es la disminución de las corazas, filtros y sistemas defensivos de las personas. Da la impresión que la gente cada día se muestra más como verdaderamente es, existiendo un espacio menor para el autoengaño, la mentira y las medias palabras. Al mostrarnos tal cual somos, se crea un caldo de cultivo para la confrontación, particularmente entre personas más bien rígidas, fanáticas y que se sienten poseedoras de la verdad, aunque a su vez es un escenario más real, verdadero y que presiona a definiciones en los temas que demandan soluciones más justas y mayoritarias que las actuales. Ejemplo de esto es el galopante desacuerdo entre el gobierno y la UDI por el binominal y la reforma tributaria, y la incapacidad de la Concertación de articular mínimos puntos para un proyecto de país.

Como quiera que uno lo interprete, este año es de incertidumbres, temores y dudas. Como nadie puede afirmar a ciencia cierta qué pasará en el afuera, sólo nos queda el camino de gestionar mis emociones, regular mis pensamientos, disminuir mi negatividad, resolver los temas pendientes y aumentar mi positividad.

Muchas personas tienen la sensación de inminencia y urgencia. No saben por qué ni cómo pasarán las cosas, aunque sienten que el tiempo se ha acelerado, que el día se consume rápidamente y las 24 horas parecen 14, que el tiempo se nos escabulle entre las manos y no alcanza para nada.

Ante esta abierta incertidumbre, la marcada polarización que se observa, las corazas que comienzan a caer y los augurios más o menos catastróficos sobre el 2012, la respuesta individual de mejor nivel es trabajar activamente por el balance interno.

Se da la paradoja que cada día eso es más difícil, pues las redes sociales, los medios de comunicación, los gobiernos y la publicidad de las empresas nos invitan miles de veces al día a salir de nosotros mismos, cuando el antídoto para sostener una energía de alto nivel y positividad es exactamente el contrario: permanecer en conexión dentro nuestro, en silencio, en contacto con la tranquilidad natural de nuestro corazón y la conciencia ampliada de nuestra mente.

Independientemente de lo que pueda suceder afuera, si adentro conquisto y me gobierno con tranquilidad y armonía, ello operará como una protección y un blindaje energético ante cualquier cambio exterior, ya sea la inversión de los polos de la Tierra, potenciales conflictos, terremotos o cualquier pronóstico de desastre. Me permitirá adaptarme y continuar.

El tema es que el balance energético y el sostenerse en energía de alta vibración es una responsabilidad completamente individual y nadie puede prestarme parte de su trabajo interior. De ahí el sentido de urgencia, de resolver rápido las deudas emocionales con otros y conmigo mismo, y de prepararme interiormente para los posibles cambios exteriores. Es ahora, no es mañana, en un mes ni menos en un año. Ahora es cuando.

Si finalmente no pasara nada afuera y todas las predicciones fueran falsas e infundadas, las ventajas del equilibrio psicológico, del balance energético y de la sanidad que conquistaré en mi camino de automaestría 2012 me harán una mejor persona, más feliz y con mejores oportunidades en el futuro que se nos abre. Hay ventajas y ganancias por donde se lo mire.

Comentarios

Mariana dijo…
Independiente a las creencias que podemos tener, sin lugar a dudas están pasando cosas. Podemos decir algunas buenas y otras no tan buenas, aunque describirlas así lo estamos haciendo como si lo que está pasando fuera positivo y negativo, cuando en realidad todo es perfecto y está sucediendo justo lo que tiene que suceder para cada uno, para todos y por supuesto para el planeta tierra.

Mariana

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