Mi yo humano duda. Mi yo divino medita.

            Cuando empecé a escribir este blog hace 6 años, lo hice para expresarme ante mí mismo, para canalizar qué sentía y pensaba, casi como un acto terapéutico de autoconocimiento. Poner mis sensaciones y emociones en palabras fue clave para descubrir nuevas esquinas de mi ser y avanzar. Además vi que eso me gustaba, me fluía y, lo que más me sorprendió, que podía ayudar a otras personas.
             Hoy vuelvo a ese tono intimista, personal y a ratos infundado, ese de las dudas que abren puertas y preguntas, ese de la mismidad profunda y las incertezas, más allá de los roles que actúo en la vida.
             Estos meses han sido de una intensidad tremenda. Muchísimas clases, charlas y talleres, el bello lanzamiento de GPS Interior y un movimiento emocional interno imparable e implacable respecto de la dirección de mi vida. Siempre ha sido así para mí. Cuando alcanzo una meseta o un estado de resultados por el que trabajé y luché intensamente, rápidamente se me va a la transparencia (¿adecuación hedonista?) y aparece el vacío, las dudas, las indecisiones, las preguntas sobre el futuro, las incertezas cognitivas y las preguntas sobre las huellas de mis próximos pasos.
             Estoy en ese momento, agravado por un cálculo renal cuya recurrencia me trae la brutalidad de la poca preocupación por mi cuerpo y por mi dificultad de digestión y eliminación de algunas emociones tóxicas, a pesar de todo lo que he avanzado en ello los últimos 3 años. ¡Pero sigo haciendo cálculos renales! Muchos menos, pero ahí están. Estoy en ese límite de practicar con toda la determinación de mi ser lo que sé que me hace feliz, que me limpia y me mantiene integralmente sano, a puro GPS Interior. Ya aprendí cómo. Me cuesta la perseverancia.
            Estoy en la bifurcación del camino, y no con dos alternativas, con cuatro. ¿Qué hacer?, ¿qué valorar?, ¿cómo ponderar lo que me hará y hará más felices a otros?, ¿cómo re-escribir ese sentido existencial que se me apareció hace 5 años?, ¿cómo balancear yo interno y yo externo, amor con bienestar?, ¿cómo equilibrar mi energía en los límites difusos de mí mismo, en ese borde de automaestría que no tengo otra opción que cruzar, aunque esté muy cansado?
             Mi yo humano duda. Mi yo divino medita. Mi unicidad clama paz y armonía.

Comentarios

Neytiri dijo…
Paz, armonia y bienestar para tu salud....muchas veces el cuerpo a traves de las enfermedades nos habla...es tiempo de hacer introspeccion para escuchar el mensaje que nos quiere dar...un abrazo de luz!
Felipe Landaeta dijo…
Me identifico con varias cosas que dices por las que he estado en contacto en el último tiempo.
En mi caso una sensación de no poder más, de un llamado interno, pero no saber cómo acogerlo. También hace unos años toqué un sentido y hoy me siento desconectado y agotado. Me cuesta encontrar mi nuevo lugar

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