Jefe.....imite a Barcelona

¿Qué tiene el Barcelona que lo hace ganar, sostener esos resultados por varios años, jugar bonito, tener a su afición feliz, ver a los jugadores unidos y satisfechos, y reconociendo a su jefe Guardiola?

Barcelona cumple las características de un equipo de alto desempeño, esas que están estudiadas y que se pueden aplicar a cualquier equipo, en los deportes, el trabajo, los grupos políticos y la propia familia.

Los jugadores de Barcelona y su jefe, el reconocido Josep Guardiola, tienen un sentido compartido que los hace soñar, vibrar y poner todos sus esfuerzos para el logro del mismo. Va mucho más allá que ganar. Tiene que ver con el deleite de construir belleza en una cancha de fútbol y llevar este deporte a su máxima expresión estética. Eso se refleja en el lema de campeones que eligieron luego de la final de la Champions ante el Manchester United: "El fútbol te devuelve lo que le das". La conocida ley de causa y efecto: recibimos lo mismo que damos.

Pero el sueño compartido no basta. Hay que llevarlo a una forma de relación de equipo de primer nivel. La principal clave es la conectividad, tener un sistema de comunicaciones de todos con todos, donde cada persona se relaciona con todos los otros con intensidad y frecuencia. En el Barcelona eso se refleja en la táctica y en los movimientos de los jugadores, una conectividad estudiada y automatizada. Es impresionante que Barcelona toca la pelota más de 600 veces por partido, doblando a sus rivales en el entramado de pases, sin apurarse, con paciencia y esperando el momento preciso. En un equipo de trabajo equivale a tener una arquitectura de las relaciones de todos con todos, donde todos contribuyen, el jefe no tiene siempre la última palabra y todas las ideas son legítimas y válidas.

Esto se hace con humildad. Cada jugador de Barcelona y su entrenador muestran esa humildad. Lo importante es el equipo, el nosotros antes que cualquier jugador, por bueno que sea. Tienen a Messi, el mejor jugador del mundo, y Barcelona no juega para Messi. Messi juega para Barcelona. Aquí ha sido clave el criterio de selección de jugadores de Guardiola, que sacó del club a jugadores talentosos como Eto o Ibrahimovic, por su marcado egocentrismo. Es decir, la humildad es una característica esencial de las personas que forman un equipo de alto desempeño, pues muestran un balance entre los intereses propios y de los otros, sabiendo poner su talento al servicio de la meta compartida, sin narcicismos ni soberbia. La soberbia destruye los equipos de alto desempeño. Lo opuesto a lo que predica Mourinho.

Los jugadores de Barcelona se ven alegres, livianos y mostrando buenas relación entre ellos. Su nivel de positividad es mucho mayor que su negatividad. Los estudios muestran que cuando el campo emocional de un equipo está sobre 3 actitudes positivas / 1 actitud negativa se disparan los resultados. Eso también lo vemos en la selección brasileña. Atmósferas positivas generan resultados sobresalientes, cuando se tiene un nivel técnico y de talento similar al resto o algo mejor y, sobre todo, se teje una red de relaciones humildes y altamente conectadas.

Estos factores son los que solidifican la confianza, el motor emocional que da la seguridad de que aunque a veces el equipo pierda, esa forma de relación y trabajo es la que sostiene los resultados de largo plazo.

En síntesis, conectividad tras el sentido compartido, equilibrio yo-otros, alta tasa de positividad, humildad y confianza. El nosotros por sobre el yo.

Me imagino a muchos de nosotros, trabajadores de diferentes empresas, admirando al Barcelona y queriendo que un poquito de eso esté en los ambientes de trabajo que cada uno vive, normalmente marcados por liderazgos más autoritarios. Que ganas de vivir con un estilo de liderazgo inclusivo, positivo y exigente como el de Guardiola, y en un ambiente laboral marcado por la conectividad y lo positivo. Tome esta columna y dígale a su jefe, “jefe….imite a Barcelona”.

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