Tipología de bailadoras y bailadores

Hace tiempo que no iba a un matrimonio. Mis amigos cuarentones y cincuentones ya se casaron una o más veces, y sus hijos no están con intención de casarse, así que me invitan a los matrimonios de aquellos alumnos con lo que hemos forjado una estrecha relación.


El matrimonio estuvo bonito, la pareja que perpetró el matrimonio se veía feliz y radiante, y la fiesta estuvo entretenida: exquisita comida, lugar agradable, buena música y buen servicio de los mozos. Estaba todo preparado para pasarlo muy bien.


Mi shock vino a la hora de bailar. ¿No era que bailar era un acto de a dos? Entendí que tenía que abrir mis ojos y observar para ver las señales, síntomas y detalles de la zoología de danzantes que se desplegó en la pista de baile.


La anatomía de las bailadoras y bailadores se divide por géneros. Hombres y mujeres se comportan de un modo claramente diferente. Había un característica en común, una cierta competencia para ser el más ridículo, el más curado o la que más llamara la atención.


La tipología de hombres que bailan en matrimonio tiene al menos 6 categorías:
  1. El payaso: aquel que hace morisquetas, pasos raros, emite ruidos guturales y hace distintas cosas divertidas. Aquí hay 2 sub-tipos: payaso para su pareja o payaso para todos.
  2. El ridículo exhibicionista: ese que hace cosas tontas y fuera de lo esperable con el objetivo que lo miren. Zapatear fuerte en el piso, reírse fuerte y como tonto, empezar a simular una pelea con un amigo, levantar a otros por los hombros, entre otras conductas fuera de contexto.
  3. El nerd: el de siempre, el histórico, ese entrañable que baila con un solo tiempo por pie, que se balancea de un pie a otro con un ritmo que no cambia, aunque le toquen música disco, reggaetón, salsa o rock. Baila siempre igual, pone cara de gil, está afirmado de un vaso y uno tiene la certeza que se comportaría igual aunque la fiesta estuviese muy buena o muy mala.
  4. El servicial: ese que por estructura de personalidad o porque quiere agradar a la mina está siempre al servicio de lo que ella quiera, hace los pasitos que ella hace y le sigue todos los movimientos como perrito faldero. Lo triste es que uno tiene la casi certeza que ella no lo va a pescar ni en bajada. No es lo que ellas quieren.
  5. El que se cree mino: se arremanga las mangas aunque haga frío para que le vean sus brazos musculosos y trabajados, se contornea para que le miren su cuerpo, pone cara de "esa gatita volverá" a cualquiera que se le cruce y le coquetea a todo lo que se mueve. En rigor no le importan los otros, le importa que alguien disponible enganche con él para sentir que cualquiera cae rendida ante su atractivo inenarrable. Está disponible para hacer de caño si alguna se anima y es el que afirma a las mujeres buenas para el koala. 
  6. El tradicional: ese que cree que bailar es un espacio de pareja, para entretenerse juntos y crear un momento de intimidad y diversión. El sentido del baile es el otro y la conexión con él. Los demás son el ruido de fondo y el contexto secundario que jamás será importante al lado de lo central: divertirse con la pareja.

En las mujeres, los tipos son al menos 7:
  1. La narcicista: esa que baila para sí misma, cierra los ojos, se mueve al son de una música interna y no para de gozar. Es indiferente si tiene una pareja adelante, si está sola o baila en grupo. Le importa su propio placer, donde bailar es un acto casi masturbatorio.
  2. La SQP (o copuchenta): esa que tampoco mira nunca a su pareja porque lo único que le interesa es mirar al resto para pelarlo bien pelado. La pista de baile es una tribuna, un escenario privilegiado donde se despliega un show que le dará material para luego, cual Passalacqua o Francisca García Huidobro, pelar todo lo posible. Todo es material para el pelambre: vestidos, zapatos, peinados, movimientos, miradas, guiños, excesos, todo. En lógica House, todos pelan.
  3. La chica casting: es la que siente que en la pista de baile debe entregar su mejor performance, casi como ante un jurado de casting para ser seleccionada. Se le sueltan las trenzas y vemos casi cualquier cosa. Sabemos que hay casting de imitadores. Esta categoría se ve masivamente en la pista: las que bailan como Shakira, como Rafaella Carrá o como Chayanne. Soltura de trenzas más casting lleva a niveles bajos: esas que por liberarse bailan y actúan como strippers y parecen escort. Si además no fueron regaladas con la belleza, el asunto se vuelve patético.
  4. La histérica: la que cree que todos la miran, la desean y la quieren jotear. Naturalmente ella se viste para eso: escote generoso, movimientos hot, vestido cortito y cara de deseo. Adorna y no concreta.
  5. La aglutinada: esa que sólo puede bailar en grupos de 4 o más, casi siempre entre mujeres. Pareciera que el grupo es el que le da la contención y seguridad para esconder los propios temores. Sólo así, aglutinada, en grupo y con coraza puede bailar. Requiere psicoterapia.
  6. La solitaria: por la razón que sea es esa que baila sola, con cara de profundidad e introspección. Pareciera que el baile la exorciza de sus fantasmas y miedos, y ese baile es terapéutico para sí misma. A diferencia de la narcicista, ella no goza ni hay placer en el baile. Es un acto de perdón y encuentro consigo misma.
  7. La tradicional: igual que los hombres, pero con características femeninas. Vestido cuidado y conservador, movimientos estándares y normales. No hace nada que pueda salirse de lo común ni que permita clasificarla en las categorías anteriores.

Tanto en hombres como mujeres está la categoría "no baila". Esa no la abordaré, por fome. Estas categorías no son excluyentes y cada uno de nosotros tiene un tipo primario y al menos un tipo secundario (o más).


Queda claro que los códigos de lo que es entretención son diversos y que la noción de pareja que baila junta está en etapa de extinción en los sub-30. Ellos gozan de otros modos. Me pregunto qué tipo de relación de pareja están construyendo, algo así como somos pareja con otros y para otros. Quizás es más simple y la intimidad del bailar juntos salió del espacio de pareja y se concentra en cosas más privadas. 


Siento que me dio el viejazo, que me costó encontrar mi lugar y que algunos de mis códigos tienen desajustes importantes respecto de los códigos comunes que observé en este interesante matrimonio. Por suerte había gente de mi edad y pude compartir con ellos. 


Para los más jóvenes, la gente cuarentona o más debemos estar en la categoría de "tradicionales" y nos deben mirar con compasión por los códigos del pasado. Finalmente nada de esto importa. La vida es guiada por el propio camino y el tema es si lo haces solo o si quien te acompaña comparte tus códigos o no. Si no los comparte está la oportunidad de crean un código compartido. Ahí el asunto se pone más difícil pues ambos serán exigidos en su disposición para modificar sus modos habituales de conducta. Y si no quieren, están con un problema.


¿En qué categoría de bailadora o bailador te ubicas? Yo estoy en categoría tradicional, sub-tipo nerd.

Comentarios

RdR dijo…
Yo en todas las anteriores, me gusta mucho bailar sin pensar en ello.
RIBOSOMA dijo…
qué divertida la mirada, creo que en mis 39 años he pasado por todas las tipologías, dependiendo del contexto, sin embargo últimamente (los últimos 10 años)he adoptado con más frecuencia la tipología tradicional, en la que el otro es tan importante como yo para mí en el baile.
NNM dijo…
¡Notable análisis!

Yo estoy generalmente en la bailaora tradicional, pues, como dices, disfruto de ese espacio de encuentro que entrega.
De hecho no creo que esté muy lejano a la realidad pensar en cómo hoy en día se comunica una pareja y la correspondiente forma de bailar.

PD: Me sigo riendo con el comentario: "requiere psicoterapia" y "bailar es un acto casi masturbatorio", jajajajaja te pasaste!
Mmm, yo diría que estoy en otra categoría,en la de "Los Aprendices", que son los que quieren pasar de lo tradicional fome, a experimentar el buen baile :)
Felipe Landaeta dijo…
jajaja, notable!
Esto da para una conversación para categorizarnos en los diferentes momentos del matri.

Entradas más populares de este blog

Especialismo

Luces y sombras de la encuesta Great Place to Work

Constelaciones de energía