El rescate de los 33 de Atacama y la psicología positiva

Claudio Ibáñez, psicólogo de la Universidad de Chile y Director Ejecutivo del Instituto Chileno de Inteligencia Emocional, acaba de publicar el libro "Los 33 de Atacama y su rescate. Psicología positiva en acción y algunas historias no contadas", mediante Origo Ediciones. 


Escrito en primera persona, Ibáñez relata su participación en el rescate de los mineros, inicialmente mediante columnas de opinión, entrevistas y asesorías a distancia, para luego reemplazar en terreno por algunos días a Alberto Iturra, el psicólogo de la ACHS responsable de los aspectos psicológicos del rescate. Tiene el valor de la experiencia vivida donde las cosas estaban sucediendo, en una situación límite y única, lo que la ubica en el campo de la psicología de la emergencia.


Claudio relata cómo su mirada desde la psicología positiva chocó con el enfoque tradicional de la psicología y la psiquiatría, que trató a los 33 mineros como enfermos y sujetos de "obvios" trastornos psicológicos en las primeras fases del rescate. A corto andar fue claro que ello era equivocado, que los mineros estaban física y emocionalmente estables y en buenas condiciones, y que el abordaje desde la mirada de la patología era incapaz de describir y explicar los fenómenos humanos y grupales que estaban sucediendo al fondo de la mina. Ese primer video que nos emocionó a todos con las imágenes de los mineros, los muestra enteros, entusiastas, alegres, coordinados y pacientes. 


Entonces, ¿cómo explicar lo que estaba sucediendo? Se explica desde la psicología positiva y cómo las emociones positivas logran generar comportamientos únicos y nuevos, que permiten que los equipos generen autoprotección, coordinación, soporte y florecimiento. 


Este libro es un notable ejemplo de la aplicación de la psicología positiva. Recomiendo su lectura, particularmente a los escépticos. Algunas personas cuando conocen las ideas de la psicología positiva, el enfoque centrado en las fortalezas, la gestión de la felicidad organizacional, la indagación apreciativa y el rol de la positividad en los equipos de trabajo, tienden a mofarse y ridiculizar la mirada. Como me dijo un gerente tradicional al terminar un taller sobre equipos de alto desempeño, "entendí, tengo que ser igual de cabrón pero con una sonrisa en la cara". Eso es no entender que la mirada positiva es una nueva forma de mirar el mundo de las relaciones humanas en cualquier contexto (personal, familiar, organizacional o social) y que permite espacios de acción y de resultados completamente nuevos e inesperados. Es la atmósfera y el caldo de cultivo de la innovación y de las respuestas adaptativas que generarán valor, ya sea económico, personal, grupal, organizacional o socio-cultural.


Lo notable de este libro es que en una de las situaciones más extremas imaginables, la contribución de la psicología positiva se revela imprescindible para intervenir en el rescate y para comprender y explicar el comportamiento de los mineros. También es interesante conocer algunas de las formas de organización de los 33, el modo en que estructuraron el tiempo y las tareas, y las formas que acordaron para enfrentar los conflictos. 


Queda claro con la lectura que un enfoque basado en lo negativo, en la escasez y en la patología hubiera obstaculizado grandemente el rescate. En este sentido resulta de gran aprendizaje el reiterado énfasis de Ibáñez respecto a tratar a los mineros como personas sanas, en cabal posesión de sus capacidades intelectuales y afectivas, y, lo más importante a mi juicio, la importancia de darles un rol activo y protagónico en su propio rescate, sintiéndose actores de su propio renacer.


Un agradecimiento a Claudio Ibáñez por la publicación de este libro y por confirmar con un hecho concreto y de público conocimiento, que los mejores resultados se logran en positividad, confiando en los recursos de las personas, creyendo en la automaestría, el poder personal y el florecer del equipo, y generando los contextos interpersonales positivos para que ello suceda. A muchos les parece simple. Así es. Es simple aunque no es sencilla la conquista de la positividad como forma de ser y estar en el mundo.

Comentarios

Anónimo dijo…
Desde mi experiencia personal, ser desde la positividad es presentarse ante la vida como tierra fértil, donde todo puede florecer.
Claudia, una belleza tus palabras

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