La importancia de estar conectado

Decir que las cosas suceden "desde adentro hacia afuera" pone el acento en la importancia de la automaestría, el crecimiento personal y el poder orientador del GPS interior como motores de sentido y acción para la vida. La innovación personal es el primer ladrillo de la gestión conciente de uno mismo, la conexión con la sabiduría profunda y natural que hay en cada uno cuando se mira desde el balcón de la propia conciencia.


Pero no basta sólo con la innovación personal. Es fundamental darnos cuenta que las cosas buenas suceden cuando hay sincronía, encuentro, encaje, sintonía y sentido compartido entre personas, con los otros. Sin acción con otros sólo existiría el "desde adentro", en una especie de crecimiento propio sin efectos benéficos para otros. Los indicadores de mi crecimiento y bienestar interior se deben reflejar en acción observable por otros, "hacia afuera". No saco nada con sentirme bueno y avanzando si los otros no tienen el juicio de que mi quehacer es beneficioso y evolutivo. La automaestría se revela efectiva en la acción con otros, completándome y haciendo realidad las creaciones íntimamente imaginadas y sentidas.


Aquí emerge cualquier idea que dé cuenta del encuentro de sentido, motivación y acción con otros. Daniel Goleman lo llamó "resonancia emocional", otros hablan de sincronía o sincronicidad. Cuando me encuentro con otro o con otros, cuando sintonizamos, encajamos, nos ajustamos bien y vibramos juntos, se producen los resultados sobresalientes y las sensaciones de estar viviendo algo importante y único. La clave está en la conexión.


En lo opuesto, las cosas negativas suceden cuando hay desencuentro, desencaje, falta de sintonía, distancia, sospecha y desconexión con otros. Si no hay una energía positiva entre las personas ni un sentido inspirador que las convoque (sueños, metas o proyectos compartidos), cada uno pondrá una parte pequeña de su ser en aquello que los une, conduciendo invariablemente a resultados mediocres y la sensación de insatisfacción. 


Esta noción de sincronía y conexión es aplicable a cualquier sistema humano, representado en el funcionamiento sináptico, interconectado y asombroso de nuestro cerebro. Ya sea en una sociedad, una empresa, un equipo, una familia o una pareja, la noción de conexión con sentido es la que permite el avance. Por ejemplo, en un equipo de alto desempeño, el cuidado de los otros, la sensación de ser una fraternidad tras una meta y el interconectarse intensamente impulsan a logros destacados.


Existen al menos 3 tipos de conexiones, dos individuales y una colectiva:


1. La conexión interna conmigo mismo, entre mis partes internas o entre los dominios que hay en mi (corporalidad, afectividad, mente y espíritu). Una vía privilegiada de auto-conexión es la respiración conciente y el contacto deliberado con la sensación sentida.


2. La conexión entre mi yo humano y lo Superior. Esta conexión ha sido descrita por diferentes tradiciones espirituales como la causa de las creaciones más evolucionadas, al contactar con una fuente central de inteligencia y amor inenarrable que entrega guía perfecta a la acción humana. Esta conexión es facilitada por diferentes técnicas de meditación, por ejemplo, la activación de la glándula pineal, entre otras.


3. La conexión con los otros. Se pueden dar muchos ejemplos de como ello sucede. Por ejemplo, una pareja funciona sostenidamente bien si tiene seis sincronías: amorosa, de valores, proyecto y mirada del mundo, sexual, cultural, económica e intelectual. No estamos diciendo que las personas deben ser, sentir o pensar parecido, sino que la distancia entre el nivel de desarrollo de cada persona en esos dominios debe ser pequeña. Cuando hay mucha asimetría y muchas diferencias de ingresos, intereses, valores o motivaciones, la probabilidad de desencuentro y desencaje aumenta mucho, reduciéndose la posibilidad de una vida feliz. Tampoco estamos afirmando que es necesario tener mucha inteligencia, por ejemplo. El tema es el encaje y la sincronía, que al comparar los niveles individuales de desarrollo estén en estadios y niveles equivalentes.


A la base de estas sincronías de pareja y a nivel de equipos, una condición básica es el respeto por el legítimo otro. Como notablemente nos enseñó Humberto Maturana, esa horizontalidad de dignidad humana es el componente esencial para la convivencia humana respetuosa y armoniosa, más allá de los roles que nos diferencian y donde existe jerarquía.


El encuentro de varios legítimos otros, con sentido y misión, genera la conexión y la resonancia, proceso humano primigenio para la felicidad, la satisfacción y el logro de resultados sobresalientes.