La automaestría desde el cuerpo físico

La automaestría comienza armonizando el cuerpo físico: lo que entra a él (alimentos, emociones y conversaciones) y lo que sale (actitudes y palabras). Lo que entra y sale de mi cuerpo está determinado por dónde se ubica mi atención. De ahí que el poder de la atención sea tan determinante en la vida de cada uno de nosotros. Donde está nuestra atención es lo que permititmos que entre a nuestra vida mediante los sentidos del cuerpo.

Para avanzar en la automaestría primero hay que limpiar y purificar el cuerpo físico, algo así como limpiar la copa de somos. Botar las toxinas que hemos ido acumulando en la vida, sacudirnos de lo negativo, limparnos e, igual que una copa, enjuagarnos en el bálsamo del perdón. 

Ahí estamos habilitados para que la positividad natural de las personas, esa que viene desde nuestro cuerpo y desde lo Superior, nos comience a llenar de nueva luz. Es el combustible que necesitamos para hacer andar el grupo electrógeno interno que está esperando un cambio de switch, para activarse cuando este combustible sobrepase el nivel de la Losada Line (2,9 de positividad por 1 de retroalimentación constructiva). El switch pasa de off a on, y se activan los mecanismos biológicos del cuerpo para llevarme hacia un estado de mayor bienestar y felicidad.

El primer paso es armonizar el cuerpo físico. Eso lleva naturalmente a la armonización de nuestro cuerpo emocional, mental y espiritual. Desde adentro hacia afuera.