Entre 33 mineros y la termoeléctrica

Desde hacía varios años que no lloraba por algo que no fuera familiar o personal. Escuchar el himno de esos 33 mineros sepultados bajo 700 metros de roca me conmovió con todo. ¡Cuanto coraje, cuanto agüante, cuanta solidaridad para preguntar por los compañeros, cuanta alegría!

Al ver la imagen del minero acercándose a la cámara ese domingo 22 de agosto me sentí ante un renacimiento. Me estremecieron la luz y la vida de sus ojos, su esperanza. Nos mostró que ante los límites que parecen insalvables la convicción nos puede llevar aún más allá. 

Muchos han estado muy bien en este trance: la determinación del Presidente, la conducción de Golborne, la eficiencia y liderazgo lúcido de André Sougarret, la prudencia en las declaraciones, la cercanía a las familias y cuánta gente anónima que no conocemos. 

El opuesto lo encarnan los dueños de la Mina San José, particularmente Alejandro Bohn, que se ha constituído en el ícono de la desconsideración, la falta de empatía, la mentira sin arrugarse y el carerrajismo. Su abogado Hernán Tuane regaló una perla de lo peor que se le puede escuchar a un leguleyo: las medidas de seguridad de mis representados son de excelencia. Cara de palo a sueldo. Villanos de tomo y lomo. Habrá que mirar con detalle el estilo de liderazgo y el modo de conducción de Bohn, que llegó a ser vicepresidente mundial de finanzas de Unilever. Es decir, su estilo hace ascender y provoca catástrofes. No es el estilo de liderazgo que quiero para las empresas de mi país y hay que encontrar patrones de lo que conduce a estos resultados, para aprender qué es lo que no hay que hacer.

Tenemos también la respuesta ciudadana a la aprobación de la termoeléctrica en Punta de Choros, poco difundida en muchos medios, como varias noticias relevantes del último tiempo. Twitter y otras redes se constituyen en un lugar de articulación de opinión pública, que logró generar una marcha ayer por la tarde. Esta señal me parece interesante. 

Una parte de la sociedad está interesada y espontáneamente coordinada para hacer oir su voz. Será interesante ver qué hará el Presidente Piñera, sobre todo cuando está el registro de su tajante rechazo a esa termoeléctrica ante una pregunta directa de Gómez-Pablo. Se juega parte de su credibilidad, sobre todo ante los que aún dudan de su coherencia.

Este año tan bipolar para Chile (terremoto/mundial de fútbol, mineros/18 de septiembre) me hace intuir que estamos ante incipientes, nuevas y mejores formas de expresión social. Que sea un gobierno de derecha quien enfrente estas dificultades abre un espacio de posibilidad que antes no existió, pues la Concertación tenía un atávico temor a oponerse ante los empresarios, sus gremios y cualquier elemento de poder que pudiese desestabilizar sus gobiernos. Eso quedó en el pasado con un gobierno de la Alianza. Vemos a Piñera y Hinzpeter siendo firmes en sus declaraciones respecto de correcciones a la ley y algunas prácticas. Veremos si estas palabras se transforman en acciones concretas que mejoren la institucionalidad del país.

¿Será que estamos en una época en que se están incubando algunos cambios sociales y culturales que por ahora no vemos con claridad y que comienzan a mover a Chile hacia una sociedad más participativa, criteriosa e inclusiva? Ojalá así sea. Suena ingenuo. Si no sueño ni trabajo por el Chile que quiero, me empiezo a morir en vida.