¿Cómo confiar en mi GPS Interior?
Nuestra educación nos entrena para hacerle caso a la mente y no al GPS interior, a confiar en lo que la mayoría cree u opina, aunque vaya en contra de lo que yo siento. Los años de práctica han terminado sepultando el potencial poder de mi GPS. La vida externa, el trabajo y la sociedad occidental está construida sobre bases racionalistas que incorporan escasamente la sabiduría del cuerpo, las emociones y el espíritu, viviendo una vida fuera de equilibrio.
Ahora que conozco el GPS interior, ¿cómo hago para confiar en él si le tengo desconfianza o no sé si funciona?, ¿cómo hago para poner en pausa a mi mente cuestionadora y suspicaz, y darle una oportunidad a la brújula existencial que vive en mi?
Lo primero es aprender a conectarme con mi GPS interior. Eso se hace mediante cualquier técnica que active la tríada de conexión: mente en silencio, emociones tranquilas y cuerpo centrado. Puede ser meditando, cantando, rezando, haciendo deporte, expresándose artísticamente o de muchas formas. Lo importante es que simultáneamente se acalle la mente, se armonicen las emociones y el cuerpo se equilibre en torno a un línea central imaginaría que cruza mi cuerpo desde la cabeza hasta los pies.
Para no desanimarse, es bueno saber que existe una secuencia típica de conexión. Al principio la mente lucha y da batalla, trayéndome todos los problemas del día, los pendientes y lo no resuelto. Como un torero, hay que hacerle una verónica a esos distractores mentales. Ya habrá tiempo para encargarse de ellos. Muchas personas se desaniman en este momento porque piensan que no han conseguido conectar con un estado de conciencia más tranquilo y dejan de intentar. Exactamente es en la mitad de las dudas cuando hay que persistir. Quienes meditan cuentan que, a pesar de sus años de práctica, los primeros 5 a 8 minutos de conexión con el GPS interior siempre sigue esta secuencia típica. Así que cuando te suceda, ya sabes que es lo normal.
¿Qué hacer cuando me desconecto? Dos cosas: respirar profundamente imaginando que estoy absorbiendo y llenándome de la energía luminosa de lo Superior, y poner mi atención en el centro de mi frente. Estos dos simples mecanismos hacen que la energía suba rápidamente al cerebro y me reconecte inmediatamente. Así. Tan fácil como decir 1, 2, 3.
En conexión con mi GPS interior, iré confiando en él en la medida que vea efectos concretos. Para esto es clave mirar la experiencia y los fenómenos que me van ocurriendo, sin pensar demasiado, siendo testigo de lo interesante que va sucediendo. Confiaré si alcanzo certezas mediante mi experiencia y la comprobación empírica de los resultados positivos. Primero es lo experiencial y después lo racional: vivencio, luego le pongo palabras, pienso y existo. Es fundamental tener paciencia y ojos para ver, sin anteponer ni interponer creencias. Aquí vale el lema ver para creer. Si no lo constatas no vas a confiar en el poder de guía de tu GPS interior. Conéctate y mira qué sucede, libremente, como miraría un niño: con inocencia, curiosidad, apertura, asombro y expectación.
Comentarios
No hay mucho que explicar, "magia" es una palabra que a mi juicio lo describe.
Así sin pensar van emergiendo regalos de la vida y uno se siente en un estado armónico y centrado, siendo testigo de lo que ocurre producto de un trabajo conciente.
A veces, uno se da cuenta cuando mira para atrás y une los puntos. Por eso, para darse cuenta...hay que estar atento.
Una vez más, gracias Ignacio por lo que escribes. Estoy esperando el libro.
Un abrazo,
Pía
Hay que confiar en uno mismo, escucharse.
Creo que tenemos que vivir más dentro de nosotros mismos, nos tenemos muy abandonados...
Buscaré recargables...
Gracias (además te sigo en Twitter)
Aldo Cereceda