Productor de experiencias

A raíz de un post de Juan Francisco Luna enfatizando que gestionar personas es diseñar experienciar laborales, me quedó dando vuelta esta idea de generar y producir experiencias, y me parece una idea notable, pues pone al "diseñador de la experiencia" en el rol exacto y necesario.

Las experiencias que se diseñe pueden tener diversos objetivos e, intentando buscar una cierta transversalidad a los roles usuales de la mayoría (trabajador, jefe, padre-madre, buscador de la vida, pareja, hijo, formador) me parece que producir experiencias de aprendizaje es una tarea sublime y trascendente. El foco está puesto en el otro, y la valoración, el significado y la utilidad de lo aprendido lo define el otro. Automáticamente nos pone en un rol de servicio y no en un rol de poder, en un rol instrumental de facilitación de condiciones, de creación de contextos particulares para lograr lo que se busca, de selección y aplicación de metodologías efectivas, de recoger el proceso vivido y los resultados generados, y de ritualización de un conjunto de prácticas de aprendizaje.

Es decir, nuestro rol como padre, gerente, formador o pareja es diseñar, ofrecer, facilitar y reflexionar el proceso de expansión del otro, lo que le da un sentido social y de entrega al propio vivir que escala muy sobre los individualismos y los referentes egocéntricos. Es un acto de gratuidad hacia el otro, con una prevención: quien juzga las bondades de la experiencia de aprendizaje es quien la recibe, pues, si bien yo tengo un objetivo intencionado, el parámetro de "medición de la efectividad de la experiencia" es la sensación, bienestar y efectividad sentida por quien la recibe.

La experiencia de aprendizaje que se organice y ponga en acción depende del tipo de aprendizaje que quiero generar, pues objetivos técnicos y cognitivos requieren metodologías muy diferentes a los aprendizajes de competencias relacionales y del sí mismo. Se sabe que en lo técnico lo más efectivo es aprender haciendo y, en lo más personal y profundo, el aprendizaje significativo es experiencial, en primera persona, es con otros y ocurre en la acción (o sea, es enactuado). Es decir, producir experiencias sobresalientes para otros se logra cuando se conecta con el momento vital, con el sentido profundo, con el contexto específico (familiar, matrimonial, organizacional, educativo) y con las motivaciones más esenciales de las personas.

Toda esta vuelta para decir que concebirme como productor de experiencias me ha hecho subir un escalón en la comprensión de mi rol como acompañante del proceso de otros, comprensión que me energiza, me obliga a ser aún más riguroso en la búsqueda de metodologías poderosas, experienciales y efectivas, y me da alegría por sentirme haciendo lo que quiero hacer. Así que en adelante dejaré mis rótulos. No importa si soy papá, pareja, psicólogo, director de magíster, amigo, hijo, chileno o cualquier categoría que me nomine. Soy productor de experiencias para otros y para mi mismo.