¿Cómo funciona el proceso de innovación personal?


La innovación personal se inicia con algún disparador de cambio que saque a la persona de la transparencia y la comodidad, es decir, algo que le genere un quiebre. Ese disparador puede tener una tonalidad negativa (una crisis, la inquietud existencial de que estoy siendo menos de lo quisiera ser, la anticipación de un futuro negativo no deseado, o un evento que me hace ver que estoy mirando la vida con estrechez o pequeñez) o un tono positivo, usualmente algún sueño que se quiera alcanzar. La sensación y conciencia de este disparador de cambio produce el quiebre.

Lo interesante es que si bien el cambio es movilizado por el quiebre, lo determinante del cambio es la conciencia que yo haga de ese quiebre, la interpretación que le dé para mi vida y el estado de ánimo resultante, pues no se cambia desde emociones negativas. La extendida creencia de que el dolor es lo que hace cambiar es un error. El dolor puede ser el disparador del quiebre. Lo que hace cambiar es el sentido y la interpretación que yo le doy al quiebre, y la disposición positiva a reinventarme. La pregunta no es por qué ocurrió lo que ocurrió. Es para qué sucedió. Eso conecta con el aprendizaje, el cambio y el liderazgo personal.

Esta conciencia de querer asumir el cambio y el liderazgo de mi mismo se tiene que traducir en acciones de cambio, en hacerme responsable de mi proceso y trabajar disciplinadamente por mi mismo. Es mi gimnasio personal cotidiano, usualmente gimnasia de los afectos.

La innovación personal emerge por la práctica cotidiana y sostenida de alguna metodología que permita el contacto de la persona con su GPS interior y despliegue la energía positiva individual. El criterio de chequeo de esa metodología es que active la tríada de conexión: mente en silencio, cuerpo centrado y emociones tranquilas.


¿Cómo hago para generar la mayor velocidad de cambio y liderazgo personal?

En cualquier persona, el dominio que genera una mayor velocidad de conexión con la energía positiva es la afectividad y el que genera la menor velocidad, es la mente.
Cualquier metodología que conecte con los afectos positivos de la persona y que cumpla la tríada de conexión será beneficiosa para quien la practique.

La inclinación natural es a buscar la innovación personal con las herramientas conocidas y trabajando basados en el dominio en el que se es más hábil. Si quiero innovar, es decir, ir a lo nuevo y de mayor efectividad, la probabilidad de lograrlo con herramientas conocidas es baja. El poder movilizador de lo conocido es mínimo y cae en la categoría de más de lo mismo. Para alcanzar resultados nuevos es necesario emprender caminos y prácticas novedosas. Dado que la mayoría de las personas son diestras en lo mental y la razón, lo novedoso para ellas está en las metodologías afectivas, corporales y de desarrollo del espíritu. Ello hace surgir a la mente desconfiada, atiborrada de prejuicios, creencias rigidizantes y exigente de evidencias, antes de practicar ninguna metodología. Esta es la principal trampa que tiene a muchas personas sin emprender su camino de automaestría.

La eficacia y el poder de las metodologías corporales, afectivas y de desarrollo del espíritu no se racionaliza, se experimenta, igual que la energía. Sólo la propia sensación interna y la voz del GPS interior podrán validar la utilidad de una metodología para la propia evolución. Primero se vive, luego se conceptualiza. Quienes estén dispuestos a salir de la comodidad de sus creencias, venzan sus resistencias y se permitan indagar en sus propios sentires, descubrirán las hebras luminosas del camino del liderazgo personal, cuyos beneficios serán personales y para la empresa y equipos de trabajo en los que participe.

Comentarios

Estimado Ignacio,

Como bien sabes, estoy en este camino... ...desaprendiendo, enfrentando mis miedos, aprendiendo sobre el cuerpo y las emociones.

Gracias por los permanentes consejos que expones en el blog.

Un abrazo.
Marcela Duarte dijo…
Ignacio,

¡Qué motivador lo que escribes!
Sería tan hermoso que todos fuesemos constructores de experiencias para otros...

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