Coaching: mi camino ¿está dentro o fuera de mi?


Uno de los objetivos de cualquiera de los enfoques de coaching es ampliar las fronteras del liderazgo de los coachees, dotándolos de mayores y mejores competencias para producir resultados mediante los equipos y generar espacios expansivos y positivos de trabajo que hagan emerger lo mejor del desempeño voluntario de cada persona. Quizás el requerimiento más frecuente de las empresas que contratan coaching para sus ejecutivos es que mejoren su liderazgo. Usualmente son personas con reconocidas capacidades técnicas, aunque “fallan en el trato con la gente”. Es decir, nos piden a los coaches que profundicemos las competencias del sí mismo y las competencias relacionales de los coachees.

Resulta clave que cada coach visualicé con claridad qué idea tiene de liderazgo: ¿es una técnica?, ¿es entrenable o no?, ¿depende del carisma de cada ejecutivo y, dicho en silencio, es poco lo que se puede avanzar en el desarrollo del liderazgo?, ¿el líder nace, se hace o ambas?, ¿el trabajo de liderazgo está a nivel de comportamientos o requiere un cambio de observador, a nivel de la identidad?

Líder de mi mismo

El liderazgo ha sido mayoritariamente visto como un conjunto de técnicas y herramientas para influir en otros. Ese es el paso 2. El paso 1 es entender que el liderazgo es una forma de encarar la vida y deriva de mi modo de entender y actuar en el mundo. El liderazgo es reflejo de quién yo soy, lo que creo y lo que hago. Por más que me enseñen técnicas, si éstas no se ajustan a quién yo soy, no las podré implementar con efectividad. El primer paso para ser un líder para otros es ser líder para mi mismo. Es entender que antes que administrar a otros es necesario que me gestione a mi mismo, que me haga cargo de mis principales dimensiones como persona y decida si quiero ir por más o quedarme donde estoy.

¿Cómo encaro mi vida?, ¿víctima o protagonista?, ¿seguidor o constructor?, ¿me pasan cosas o yo las creo?, ¿sumiso o empoderado? Tus respuestas a las preguntas anteriores definen tus posibilidades de acción: las abren o las cierran. La forma en que uno se para ante la vida determina las interpretaciones que uno hace del mundo y condicionan tus acciones y tus posibilidades. Lo interesante es que esta forma de observar el mundo es una decisión que en algún momento tomaste. Es tu responsabilidad seguirla sosteniendo o cambiarla. El modo en que se mira la vida no está determinado genéticamente. Es una decisión libre que tomo a cada momento, donde incluso el no decidir o hacerle el quite al tema, es una decisión.

¿Te adaptas al mundo o tratas de adaptar el mundo a ti mismo? Estas preguntas apuntan a tus creencias esenciales respecto de cómo entiendes la vida. Todas las personas estamos en búsqueda de una mejor vida. Queremos ser más felices, tener mayor abundancia, dedicar nuestro tiempo a aquellas cosas que nos producen satisfacción y alejarnos de lo que nos estresa, nos hace sufrir o nos empobrece como personas. Esa búsqueda surge por la necesidad de ser más completos de lo que somos hoy y por la necesidad de dar respuesta a una sensación de insatisfacción interior o vacío existencial. Hay “algo” dentro de nosotros que nos dice que somos capaces de más, que como personas somos algo mejor y distinto de lo que estamos siendo hoy, y que podemos ser y hacer muchas otras cosas.

¿Dónde buscar?, ¿quién tendrá las respuestas para mis preguntas de fondo?, ¿qué grupo, gurú o libro podrá guiarme? La pregunta es ¿dónde está la verdad para mi vida? Hay dos formas de responder: buscar afuera o buscar adentro. Si busco afuera es porque asumo que hay personas o ideas que saben qué es lo mejor para mi. Es lo que hace la mayoría de las personas, pues les han enseñado y confían que afuera alguien sabe. Buscan en libros de autoayuda, en grupos de crecimiento, en iglesias, en ideologías o en alguien que se vea como un ejemplo a seguir.

Si busco adentro es porque siento que dentro de mi está sembrada la verdad, que por el hecho de ser humano he sido regalado con un sabio interno que me ayudará mejor que nadie y que conoce “mi verdad”. Es un GPS interior que me orienta en función de lo mejor para mi y que está conectado con lo Superior, más allá del nombre que cada uno le ponga: el universo, la vida, matrix, el gran arquitecto, la fuente, el tao, la presencia, Dios o la energía cósmica.

Este GPS interior da cuenta de la verdad en mi. No estamos diciendo que uno es la fuente de la verdad, sino que dentro de uno está la brújula que nos orienta hacia una verdad mayor. Que nadie deduzca que estamos poniendo a la persona como el referente final de la vida, ni haga lecturas de que esto es autocentrado, egocéntrico, narcicista o que descuida por completo a los otros. El instrumento de conexión con la verdad está dentro de cada ser humano y es tarea de cada uno conectar con ese GPS interior, permitiendo el despliegue de su poder orientador. Hemos sido educados con desconfianza al mundo interno personal. Nuestra educación dice que lo cierto y verdadero está afuera, pues si hago caso a lo interno pueden aparecer respuestas primitivas, conductas perversas e incluso la maldad en diversas formas.

El coaching será efectivo en la medida que conecta al coachee con su GPS interior y la dirección que ello le indica. Este punto resulta crucial toda vez que dentro de varios coaches se observa una actitud de gurú y maestro que sabe lo que el coachee ignora, generando una asimetría relacional y de poder que inhabilita al coachee. Desde nuestro punto de vista, ello es una ceguera del coach que impide al coachee hacerse autónomo en el autoaprendizaje permanente y poner el foco en la fuente sostenible de sus recursos: dentro de si mismo.

Un buen coach es aquel que se hace transparente para el coachee con el correr de las sesiones. El mejor indicador de un buen coaching es que el coachee sienta que él hizo las transformaciones y que el coach lo acompañó. Así, el coach se constituye en un compañero de camino que acompaña en las vueltas difíciles del camino y no en un iluminado que le muestra la verdad. Aquí sólo hay maestría personal del coachee. Un buen coach puede ser excelente en su oficio y jamás debe sentirse un maestro para otro, pues distorsiona la fuente del cambio personal: adentro y no afuera.

La evidencia de personas que se han guiado por su verdad interior muestra que alcanzan altos niveles de felicidad y de servicio a los otros, que viven la vida con optimismo y que reordenan sus prioridades humanas. Al buscar dentro de si mismos aparecen los otros, es decir, no hay egocentrismo sino que al contrario. Dentro de nosotros y en contacto mediante el GPS interior está representado todo el universo de posibilidades. Y eso es con otros.

Quienes han hecho este camino muestran que han desarrollado la automaestría para alcanzar el liderazgo y la innovación personal. Desde esa automaestría se construyen proyectos compartidos con otros y se trabaja por metas comunes, ya sea en el trabajo o en cualquier sistema social. Nos muestran que en condiciones de tranquilidad y conectados con la verdad interior, los comportamientos son bondadosos, tranquilos, promueven el encuentro con otros y el logro de objetivos sociales superiores (como la equidad o el bien común) y aumentan significativamente su nivel energético, eso que llamamos “buena vibra”. Las personas con buena vibración son las que se guían por su GPS interior, miran la vida con optimismo, van descubriendo que todas las personas podemos expandir nuestras potencialidades y florecer, si buscamos las condiciones adecuadas para que ello suceda.

Es una búsqueda activa. Nadie hará por ti el trabajo que tú no estás dispuesto a hacer por ti. Por eso hablamos de liderazgo e innovación personal. O tú te tomas en tus propias manos y comienzas a buscar caminos que te hagan más feliz o seguirás en el estado en que hoy estás. Esto implica practicar alguna metodología diaria que te conecte con tu GPS interior y te permita “escuchar” las guías internas para avanzar. Las metodologías de innovación personal son muchas veces simples y sencillas, de alto poder liberador de las potencialidades propias. El tema está en ser perseverante en su aplicación y evaluar su impacto desde lo experiencial.

Volvamos al inicio. Uno puede ver esto desde 2 puntos de vista. A algunos les parecerá que “lo razonable” es adaptarse al mundo y hacer lo que la mayoría hace. Es una decisión personal completamente respetable. Otros sostenemos que los líderes emergen desde el interior de cada uno, por la necesidad de transformar el mundo y llevarlo hacia esa verdad que vive dentro de mi. Eso parece “poco razonable” en las claves del mundo actual. Eso le ha pasado a todos los líderes. Son reconocidos cuando los efectos de su acción son masivamente valorados, aunque al principio les dijeron que estaban locos, eran arrogantes, idealistas, soñadores, poco prácticos o ilusos. Es en las alas de esos líderes “no razonables” donde está el camino ascendente de mejoramiento del mundo, por lo que la tarea del coaching es desplegar ese ADN no razonable y único, inscrito en el ser energía de cada coachee.

Los líderes que el coaching efectivo ayuda a develar encontraron la verdad dentro de si mismos, se movieron por una pasión que no encuentra límites y estuvieron dispuestos a enfrentar tareas que parecían imposibles. Esa es la invitación que te hacemos, seas coach, coachee o una persona que lee este texto con el deseo interno de ser más de lo que hoy es: emprender la tarea de descubrir dentro de ti el líder que eres en potencia y emprender el proceso de innovación personal que te llevará donde tú quieras que te lleve. Desde adentro hacia fuera.

Comentarios

Anónimo dijo…
Coincido plenamente contigo que la verdad está y estará siempre al interior de cada uno de nosotros y va a depender de cada uno de nosotros hacerse guiar por esta verdad.
Anónimo dijo…
¡espectacular!
Anónimo dijo…
me gustaron mucho tus reflexiones
Anónimo dijo…
simplemente MUY BUENO, como siempre.
Anónimo dijo…
buen artículo. Comparto la idea de que el tema del liderazgo es un tema que sobre pasa las tecnicas. El aprendizaje que perdura es siempre el que es significativo para uno.
Anónimo dijo…
Me gustó mucho el artículo, me sirve para contextualizar un proceso de trabajo con microempresarios.
Anónimo dijo…
Felicitaciones Ignacio por el artículo, lo encontré EXCELENTE. Estoy de acuerdo con todo lo que dices, pues como coach solamente uno acompaña al otro en su búsqueda de su capacidad de aprender y ese proceso es desde adentro hacia afuera, por lo tanto uno no se debe olvidar de meditar diariamente en lo posible 2 veces al día por lo menos unos 20 minutos cada vez. Esto  permite en lo personal  conocerse a sí mismo, develar encontrando la verdad en sí mismo y esto nos conecta con nuestro GPS interior, logrando por lo tanto comunicarnos mejor, comprender al otro como un legítimo otro, compartir y delegar.

Nos ayuda en nuestro trabajo en la organización, creando estructuras y estableciendo objetivos y métodos capaces de adelantarnos a cualquier problema.
Anónimo dijo…
Muchas gracias, hace mucho sentido con la vida y hoy con la mia.
Que Dios te bendiga.
Anónimo dijo…
Ignacio:

Te felicito. La encontré
buenísima. Me dejó con muchas interrogantes acerca de momentos en que siento que dejo de lado mi yo interno y no considero que el no hacer nada puede implicar muchas veces hacer mucho y no siempre estamos conscientes de ello.

Un abrazo grande y muchas felicitaciones nuevamente.
Patty dijo…
Sin duda esto me cautiva y me parece fascinante.

Felicitaciones Don Ignacio.
Tú bien lo enseñaste en clase, está en cada uno elegir, si ser Víctima o Protagonista: no hay intermedios, y mantener una actitud de aprendizaje y apertura constante, manteniedo el grado de ingenuidad de niño que a todos en alguna parte de nuestro corazón y alma nos queda y tenemos.

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