Crisis económica: las trampas del gurú


La crisis económica por la que atraviesa el mundo es una consecuencia global del guruismo de muchas personas, revelándonos que actuar desde la soberbia, la codicia, el puro cálculo racional y una fantaseosa autorregulación del mercado, conducen al desequilibrio.

Los gurúes se representan hoy en los economistas, muchos de los cuales se arrogan comprensión del mundo, capacidad predictiva y un inaudito tono de maestría. Basta mirar los diarios chilenos y constatar el lugar arrogante desde el que habla la mayoría de estos profesionales, reflejando una mirada estrecha de la Vida. Hoy, ellos están de turno. Aunque los gurúes están en todas partes.

Se caracterizan por predicar un conjunto de ideas y prácticas que no encarnan. Pontifican y no modelan. Hablan desde la asimetría relacional, sintiéndose superiores al resto. Y esto sorprende. Podrán tener algún mayor conocimiento en un dominio específico y eso se extrapola a una actitud de vida general. Conquistan una pequeña parcela de verdad y se sienten dueños de la Verdad total. Lo triste es que la trampa del gurú es su propio empobrecimiento. La soberbia (lo sé todo, a mi modo he logrado resultados buenos y no voy a cambiar, o yo soy así) o la ceguera (no sé que no sé) cierran el único camino posible de florecimiento armónico de lo humano: el aprendizaje humilde y la permanente conquista de mi mismo.

Sólo quien hace una declaración de ignorancia y se sabe poco competente en diferentes aspectos de la vida, mantiene la actitud del estudiante y el buscador, ese que se alegra por sus éxitos externos y que no se marea acerca del sentido primordial de la vida: conquistar la automaestría en los diferentes ámbitos de la vida, para alcanzar una positividad y una armonía balanceada, tanto en lo interno como en lo externo. Poco saco con ser un ejecutivo exitoso si mi vida interior o mi familia se caen a pedazos, si el costo de mantener el ritmo es destruir el cuerpo con drogas o estimulantes, o si llevar a la empresa a buenos resultados se hace a costo de irrespetar lo humano de los trabajadores. Quizás será exitoso en el corto plazo, aunque en el largo plazo se mantiene pendiente la tarea humana básica: armonizarme, encontrar un sentido trascendente más allá de mi mismo y orientar mi actuar en el mundo hacia ese sentido superior.

En lo humano no existen gurúes, existen estudiantes de la vida. Unos van más adelante que otros, con más comprensión de lo propiamente humano, lo que no les da ninguna supremacía, derecho ni privilegio sobre los demás estudiantes. Los maestros están en lo Superior y en nuestro interior, reflejado en el GPS interior que constituye el maestro propio y que tenemos poco entrenamiento en escuchar. Porque, como todos los gurúes actuales, creen que es la razón la que nos conduce a la felicidad. Esta crisis económica demuestra una vez más que el camino de la primacía de la razón sobre los sentimientos conduce a la destrucción, así como las guerras mundiales y la pavorosa inequidad de recursos y posibilidades en el mundo. Es exactamente al contrario: los afectos equilibrados que salen del corazón entregan los argumentos con los que se ilumina la razón.

Las respuestas a esta crisis no están afuera. Se instalará la conversación de la caida del capitalismo y escucharemos ronroneos múltiples y defensas guruistas. Las respuestas a esta crisis emergerán desde un nuevo orden personal, una nueva armonía individual que irá construyendo ordenes sociales y económicos nuevos. No sé cómo se hará eso, desconozco el camino. Tengo la certeza sentida que así será, y la confirmación y evidencia persistente que “el camino de la razón” de los últimos 5 siglos no lleva al mundo feliz al que la mayoría aspira.

Las trampas del gurú son enredarse en su ego, creerse un pequeño dios, ponerse sobre los otros, categorizar a las personas según apariencias externas, mostrar incoherencia entre lo dicho y lo hecho, creer que se tiene la razón y abusar del poder que se tiene. Esas amarras se desatan en la humildad de la innovación personal y de la gestión del sí mismo, en el coraje del aprendizaje humilde, en concebirse como un estudiante que irá descubriendo las respuestas verdaderas de la Vida y poner su poder al servicio de otros. Con la mente en silencio, las emociones tranquilas y el cuerpo centrado, en horizontalidad con los demás, en la modestia de pedir ayuda, oyendo el GPS interior, experienciando primero y pensando después, sabiendo que el aprendizaje de los estudiantes pasa por el cuerpo, se in-corpora, se encarna y luego se conceptualiza.

La crisis económica mundial deriva de la creencia errónea de la existencia de gurúes humanos. Lo económico es sólo un aspecto menor de la Vida, esa con mayúsculas, la de verdad, la que sabe que se vive desde adentro hacia fuera, en actitud de estudiante. En ese equilibrio y expansión integrada de lo humano, la Vida supera la escasez y se torna abundante y policromática.

Comentarios

Si bien es cierto, comparto plenamente que el conocimiento de una parcialidad de la verdad no nos permite conocer la realidad en su totalidad (si es que esta existe), tambien es cierto que la arrogancia de esos llamados gurúes no es necesariamente la razón de la crisis.

Es verdad, los gurúes están en todas partes, sin embargo y a modo de analogía, lo que hace que existan programas de farándula no es la farándula en si misma, son las personas que la ven. Entonces pareciera ser razonable no culpar a los editores sino a la sociedad que le da valor a ese contenido, que demanda este contenido (si esque el contenido fuera malo).

Así mismo, los gurúes son una respuesta natural a la necesidad que tenemos por estar tranquilos, nos molestan las preguntas dificiles y preferimos evitarlas. En ese marco los gurúes son una consecuencia lógica, porque viene a llenar una necesidad: Respuestas a preguntas difíciles medianamente creibles.

Lo importante, pareciera ser entonces, efectivamente no caer en "la trampa del gurú" sino escucharlo y comprenderlo en su contexto y por sobre todo entender que se trata de un gurú, pero ojo, no creo que la respuesta esté en matar al gurú sino en analizar porque les damos valor y porqué los consumimos.

PD: Muy buen artículo.
Eduardo,

Si bien entiendo tu postura respecto a la farándula, y que es por "necesidad" de la gente que aparecen los "Gurus", lo triste es, que esto es así, porque es más fácil y más cómodo, traspasarle la necesidad de resolver los problemas a otros, en vez que la gente se haga cargo de resolverlos desde su propio GPS Interior, como indica Ignacio. Lo que hacen las personas, es casi como "regalarle" la vida a los "gurus", para que a cambio, les digan que hacer.

La invitación es a hacerse cargo de uno mismo, y de autogestionarse, para así tomar el control de nuestras vidas y no olvidar, de nuestros sueños.

Un abrazo,

Rodrigo.
http://rodrigosilvaortuzar.blogspot.com
Anónimo dijo…
Ignacio,
Me hace mucho sentido el término "estudiantes de la vida". Desde esta visión humilde, en constante búsqueda del conocer y hacer por uno y el resto; ciertamente que se podría hacer mucho para mejorar el estado actual de la sociedad. He aquí la necesidad de pasar la voz y crear conciencia, o por lo menos intentarlo.

Saludos,
Anónimo dijo…
Muy buen análisis, a mi también siempre me han cargado los gurúes, más aún los actuales ....pa'mi el único gurú honesto, sencillo y con apertura constante al aprendizaje fue el gran Guru-Guru (notable pajarraco!!!) jajajajajaja.

Héctor Vega
jajajajajaja, para mi también
Anónimo dijo…
Top top top!!!

Me encantó el análisis... Al hueso, firme, certero y contingente. A varios le va a pegar, calza con tantos personajes.

Que bueno que tengas la posibilidad de escribir eso que muchos piensan y no se atreven a decir. Gran Valor!!

¿Lo vas a publicar en alguna parte para que tenga más difusión? si es así, no te aparezcas por corredoras de bolsa, empresas financieras ni nada donde puedas encontrarte con los "chanta gurú"

Pía Cordero Mattei
Anónimo dijo…
Ignacio,

Leyendo tu artículo, creo que hay que diferenciar las cosas.

Primero, la economía es una ciencia, por lo tanto, no es ni buena ni mala.

Segundo, como toda ciencia, es manejada por personas.

Tercero, y en lo que concuerdo contigo, es que esta ciencia, cuando es mal utilizada, obviamente lleva a provocar crisis, como la actual que acaba de ocurrir. En este sentido, concuerdo contigo.

Creo que tienes razón respecto que la sobervia lleva a los problemas; pues también creo que si la gente no acepta que no se las sabe todas, es dificil avanzar.

Me quedo más tranquilo ahora con tu postura.

Saludos,
Andrés Olavarría.
Anónimo dijo…
Gracias, me encanta leer tus textos…
Anónimo dijo…
gnacio: Muy interesante articulo, te felicito. Me tocó las fibras. Lo estoy compartiendo con mi equipo.
Anónimo dijo…
Estimado Ignacio
Me parece simplemente brillante y me llega muy profundo, es usted un “gurú” para mi… Afectuosamente
Anónimo dijo…
Tal como dices tú, y como señala Patricia May, los "importantes" son los aprendices de la vida, no los autoproclamados gurus.
Anónimo dijo…
Uffff ¡!!!! Como me llegó………. Estoy rodeada de muchos “gurus”, que gran tarea la mía de mostrar el camino de la Luz a estos gurus.

Muchos cariños a mi amigo ESTUDIANTE de la VIDA.
Anónimo dijo…
Muchas gracias Ignacio, está buenísimo.
El Aprendizaje como centro parece que tiene cada vez más sentido para mí.
En mi blog se refleja también.
Me tomé la libertad de reenviarselo a un Subgerente de Ventas. Algo fuerte
el mensaje, pero mi socio necesita un remezón...jeje!
Saludos!
Anónimo dijo…
Gracias Ignacio, está muy cierto.
Anónimo dijo…
Ignacio, tu artículo peca un poco de lo mismo que acusas, está escrito con soberbia y descalificación de “esos”
No es una invitación sino una toma de posición en las trincheras
Anónimo dijo…
Lo que escribes es lo que a mí siempre me ha repelido de la palabra “líder” y su derivado liderazgo, tan en boga en estos tiempos. No necesitamos gurús ni líderes, sólo el ámbito donde cada persona pueda desarrollar sus talentos y sumarlos a los de los demás.
Anónimo dijo…
Felicitaciones, muy buen artículo.
Anónimo dijo…
Querido, me interpretas a cabalidad con tu opinión.  Definitivamente soy tu fan number one.
Anónimo dijo…
leí con mucho interés tu columna y adhiero a la idea de fondo. creo que los economistas, con nuestras herramientas matemátcias y demostraciones, se nos olvida lo frágiles que son los modelos y el rol de nuestros supuestos. peor aún, interpretamos los modelos como si fuesen descripciones objetivas de la realidad, como si eso fuese posible. felizmente, desde hace unos diez años, ha aparecido con fuerza una corriente (behavioral economics) que intenta hacerse cargo de la sensibilidad de nuestros modelos a que los individuos que describimos sean supra-humanos (y que quienes usamos estos modelos también). espero que no sea una moda y que más adelante no digamos que la incursión no nos llevó a nada. espero nos permita mirar el mundo con mayor apertura y sentido de la realidad.
Anónimo dijo…
Muy interesante tu columna.
Fíjate que concuerdo más de lo que esperaba respecto de lo emocional por sobre la razón
Creo que desde el punto de vista de las relaciones laborales esto aplica perfecto y por supuesto que en la vida personal mucho mas
Me hizo sentido en ambas
Un abrazo y gracias
Anónimo dijo…
Gracias!!!
Está muy bueno
Anónimo dijo…
Ignacio, leí lo que escribiste y lo encontré muy lindo y muy acertado.
Anónimo dijo…
He leído con atención su columna, realmente me ha gustado mucho porque revela de modo muy elegante un "estilo" de comportamiento que tanto critico entre algunos de mis amigos economistas (a propósito, me he tomado la libertad de reenviarle a algunos de ellos); leí también otro que recibí con ocasión de la elección de Obama.
Acerca de los gurús, yo pensaba que era un problema sólo de los economistas en mi país, pero veo que éste no tiene fronteras y seguramente tampoco ideologías.
Anónimo dijo…
Lo felicito por la bocanada de oxígeno que la columna exhala a través de sus párrafos.
Anónimo dijo…
Mueran los gurúes!!!!!!!!!!!!
Anónimo dijo…
Hola Ignacio, encontré muy bueno el artículo, por lo que te quería pedir si lo puedo publicar en los distintos diarios murales que tenemos dentro de nuestras diferentes unidades. Mi empresa trabaja mucho el tema de la horizontalidad y en tiempos de crisis es mucho mejor reforzar esta competencia, por lo que tu artículo me ayudaría bastante.

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