En espiral

Me impresiona constatar que cada aprendizaje que hago tiene un antecedente en mi propia historia. No hay ningún tema "nuevo", sino que son expansiones y nuevas comprensiones de temas que me inquietaban "genéticamente" desde niño.

Recuerdo una imagen eidética, debo haber tenido 1 año, y una noche la luna ponía "caras", de buena, de mala, cara neutra. Y de ahí para adelante uno de mis temas fue qué pasaba entre lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, el centro y el margen, adentro y afuera, sí mismo y otros, circunstancia y contexto.

Ya decía Raimundo que vive nuevas experiencias y ahí adquieren sentido vivencias anteriores y los puntos se conectan hacia atrás. Esa sensación la he tenido muchas veces y me aparece como un espiral. Sobre un centro invisible y energético, un vórtice de silencio y nada potencial, se van articulando conocimientos y sentimientos que pasan por los mismos puntos anteriores, pero están más arriba, es una plataforma de comprensión mayor.

Y lo que más me sorprende es que ese proceso no es mental en su génesis. Ocurre cuando logro estar más centrado y en silencio, con los sentimientos en equilibrio y bajo control, transitando la justa vía media, y ahí la mente se calla, hace silencio y deja de disparar, y así, en la quietud de la nada, mi corazón se ilumina solo y esa luz se expande y se toma mi cabeza y mi cerebro. Y así ocurre la mayor comprensión, que no es lograda por mi ni mi intelecto: sólo llega y mientras más en silencio me mantengo, más llega y comienza a operar algo así como una inteligencia superior dentro del propio cerebro, que es diferente del proceso mental. Siento que mi mente piensa con la parte trasera y baja del cerebro, pero cuando me llegan esas comprensiones de inteligencia superior lo siento en el cerebro frontal, en la frente.

Y así soy testigo de esta espiral que va ocurriendo y se me van apareciendo los puntos hacia adelante, con una sorpresa indescriptible, con una sensación de magia inenarrable, casi como que pasara una bella película delante de mis ojos y me mostrara reflexiones nunca hechas, imágenes no vistas, sensaciones incomunicables y universos desconocidos.

Y cuando vuelvo a lo humano y salgo de este estado de conexión, me queda una certidumbre existencial de sentido que no es racional ni razonada, y que es tan, pero tan esencialmente sentida, que se constituye en mi referente de sentido, ese de la certeza de lo invisible o si se prefiere, el GPS Interior que guía mi propia vida y se constituye en las mejores razones sentidas y afectivas, que guían mi actuar. La mente procesa bastante después.

En espiral, el espiral que llega y donde monto para seguir expandiéndome y recibir (revelar) lo que quiero y debo hacer. Pura magia. No conozco qué ocurrirá. Sé que si me mantengo así y ocurre el espiral, llegaré al final. ¿Qué habrá al final de esta espiral humana? ¿un vórtice de retorno al origen, una plataforma de lanzamiento a casa?, ¿una nueva reencarnación para seguir aprendiendo?, ¿o efectivamente existe la muerte sin retorno, esa sin sentido?

Comentarios

Felipe Landaeta dijo…
Al leerte me surge la analogía con el espacio interno.

En relación a "una nueva plataforma" y al espiral, mi sensación y percepción es que al mirar desde más arriba es como tener mayor espacio interno, donde las experiencias se pueden ir agrupando en constelaciones que uno ya puede conocer y reconocer.

Incluso pudiendo presenciar la relación entre esas constelaciones y sus conexiones.

Asi como una cucharada de sal en un vaso de agua puede afectar, al expandirse la conciencia, una cucharada de sal en un lago... El espacio interno es otro, reconocemos la infinitud.
Raimundo C. dijo…
Me hace mucho sentido lo que planteas, Ignacio.

Primero que todo, cuando hablas de la expansión y las nuevas comprensiones de temas "genéticos", me surge la sensación que cada uno, cada ser humano, tiene la posibilidad de crecer, de expandir, de desarrollar su potencial, porque todos (si, TODOS) los recursos que necesita, están en uno.
Quizás por esto, podemos conectar puntos hacia adelante también, a través de la visualización, por ejemplo; porque ya somos esencialmente expansión.
Este sólo punto, abre una cantidad infinita de posibilidades.

Lo otro que me surge, es que el crecimiento, el desarrollo, la expansión, no tiene un objetivo final o un estado final al que hay que llegar; me suena a que cada paso que damos en este camino, ya es el crecimiento.(Como analogía, el merengue de arriba de la torta, ya es la torta)

Quizás por eso, el espiral parece no tener límites cuando estamos en estados creativos y expansivos. Quizás, por lo mismo, las preguntas que planteas al final no son necesarias, porque provocan una pérdida del centro, del aquí y ahora pleno, y te llevan a la incertidumbre de lo que no existe aún. (o sí existe pero no ha entrado en nuestro espacio interno aún)

Invitación: Disfrutar la expansión, porque se produce en el presente y no busca un objetivo final. Ya es expansión (100% expansión) en ese preciso momento actual.

Un abrazo,
RCB
Gianfranco TR dijo…
Dejas de ser emoción, y te emocionas; dejas de ser mente, y piensas; dejas de ser cuerpo, y sientes. Te abandonas al SER que tenía un lugar en el concierto universal. Genéticamente y como un óráculo también. Los puntos se conectaron hacia atrás porque había un plan para ti; los puntos se conectan hacia delante porque ahora puedes ver ese plan. ¿Magia?... resultado de quien descubre y se sorprende con mundos nuevos. Supongo que ese espiral te lleva a Dios, ¿no es así? "pequeño Dios".

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