Como es adentro es afuera

No quiero que por estar siendo parte de las vivencias comunes que algunos compartimos, la certeza de guiarse desde el interior parezca obvia o entre a la transparencia sin dejar una miguita tipo Pulgarcito, un trazador para no perderme.

Durante muchos años, la vivencia de las personas de mi edad era que no teníamos referentes, guías ni personas a las que seguir. Era una búsqueda a ratos frenética y cada vez que parecía que encontrábamos un grupo o una persona como referente, terminaba mostrando alguna incoherencia que defraudaba. Sociológicamente se hablaba de la crisis de sentido y del vacío existencial creciente. Esto era hace unos 5 años, recién, a la vuelta de la esquina.

Y hoy leo a Juan Pablo, Felipe, Carolina, Gianfranco, Karen, Raimundo y Mario, por nombrar a algunos cercanos, y todos están en búsquedas. Pero son búsquedas distintas a la que conté antes, pues son búsquedas con certezas de la existencia de un GPS interior, que, angustias más o angustias menos, se constituye en el referente direccionador del sentido, el maestro interior que te hace mirar la vida con un estándar de tranquilidad alucinante.

Sólo quería dejar esta estaca en el camino, para no perder los criterios de valoración de lo presente. Leo sus blogs y aparecen vasos que se llenan, foco en los recursos, metodologías que miran lo apreciativo, relevancia del centramiento como eje del despliegue interior, certeza del espacio vital interior como plataforma de vida, convicción de que fluir a la autenticidad es uno de los ejes del camino, seguridad de lo positivo como creador de realidades felices y otras palabras que me alegran muchísimo y dan la esperanza cierta de que el camino de evolución interior es el único posible, en el sentido más existencial que soy capaz de decir. Declararnos compañeros de camino y peregrinos en búsqueda es una declaración vibrante y eterna. Aunque parezca obvio.