Felicidad organizacional y gestión de personas
Está de moda hablar de
felicidad. Pero no es una moda. Es un nuevo paradigma, basado en evidencia
científica y en práctica profesional de excelencia, y una nueva forma de
gestión estratégica para consolidar ventajas competitivas de las organizaciones
y promover el bienestar psicosocial de los trabajadores. Si lo habías
descartado por banal, sin fundamentos u otro juicio descalificador, es hora que
le pongas atención, pues será el modelo de gestión de personas del futuro de
mediano plazo en la mayoría de las empresas de los países en vías de
desarrollado.
Felicidad organizacional
es la capacidad de una organización para ofrecer y facilitar a sus trabajadores
las condiciones y procesos de trabajo que permitan el despliegue de sus
fortalezas individuales y grupales, para conducir el desempeño hacia metas
organizacionales sustentables y sostenibles, construyendo un activo
organizacional intangible difícilmente imitable.
Es fundamental
diferenciar felicidad organizacional y felicidad en el trabajo. Felicidad
organizacional es la capacidad de la organización para coordinar recursos y
gestión para hacer una oferta de valor para los trabajadores que balancee la
salud financiera de la compañía y el bienestar psicosocial de los trabajadores.
Felicidad en el trabajo es la percepción personal y subjetiva de los
trabajadores acerca de su bienestar, florecimiento y salud en el trabajo.
La percepción de
felicidad en el trabajo es el indicador principal de la felicidad
organizacional, pues da cuenta del bienestar, salud y plenitud de los
trabajadores con su trabajo y organización.
El límite de la felicidad
organizacional está en la responsabilidad individual, pues los escépticos de la
gestión de felicidad en el trabajo suponen que las empresas pro felicidad lo
logran porque, con una billetera generosa y sin límites, pagan y se hacen cargo
de los problemas de la gente. En su escepticismo exclaman “¡así lo hace
cualquiera, si los compran e infantilizan!” Es al contrario. Los acompañan para
que asuman adultamente sus responsabilidades individuales y pongan las
voluntades de los equipos y las redes organizacionales al servicio de la persona.
Se pone el bienestar subjetivo de la persona en el centro de la vida
organizacional.
La felicidad
organizacional es una co-responsabilidad entre empresa y trabajador. La
responsabilidad final de la felicidad sigue siendo personal. La empresa no
puede hacerse cargo de la felicidad de los trabajadores. Lo que sí necesita
hacer una organización es facilitar las condiciones organizacionales para el
despliegue del bienestar psicológico y las fortalezas de las personas y los
equipos. La felicidad organizacional es una responsabilidad de la empresa. La
felicidad en el trabajo es una responsabilidad de los trabajadores. Somos
co-responsables de la vida plena en el trabajo.
Esta nueva forma de
gestionar las personas impondrá desafíos muy importantes a las gerencias de
personas. Lo primero es la ampliación del paradigma administrativo al paradigma
de la felicidad en el centro de la estrategia organizacional, de las relaciones
impersonales a las relaciones confiables, del recurso humano al ser humano
integral que voluntariamente pone sus fortalezas al servicio de una
organización con sentido.
Otros desafíos serán el
desarrollo de líderes firmes y cercanos, la ampliación de su rol administrativo
a roles de servicio y acompañamiento de jefes y trabajadores, el rediseño de
los procesos y procedimientos en gestión de personas, y el diseño de una
atractiva oferta de valor para los empleados.
¿Parece utópico de
acuerdo a tu realidad? Sí se puede. Varias empresas en Chile, España y el resto del mundo, grandes y
pequeñas, están comenzando a implementar prácticas promotoras de bienestar,
salud en el trabajo, calidad de vida y felicidad organizacional, con resultados
sobresalientes y sostenidos.
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