Individualistas y comunitarios a la vez

Un estudio a la clase media chilena patrocinado por la Fundación Konrad Adenauer muestra que cerca del 44% de los chilenos no son propiamente individualistas y tienen interés por los temas sociales y comunitarios, mientras un estudio de Unanue de la Universidad Adolfo Ibáñez indica que somos el segundo país más individualista del mundo, detrás de Estados Unidos. Contradictorio.

El estudio Zoom al Trabajo destaca la alta importancia de la familia para los trabajadores chilenos, con una alta expectativa de aclanamiento. Por otro lado, las multitudinarias movilizaciones sociales de 2011, ya sea por Hidroaysén, la educación o la igualdad de derechos de las personas homosexuales, muestran a una parte importante de la sociedad inquieta por temas sociales.

¿Somos individualistas o colectivistas, nos preocupamos sólo de nosotros mismos y nuestro círculo íntimo, o tenemos capacidad sostenida de mirar un poco más allá? Claramente las personas no lo viven como una disyuntiva. Enfrentan cada situación según el contexto en que se dan, la significación que le asignan y la interpretación que hacen del impacto de su rol en esa situación.

El sentido que le atribuyo a personas, grupos y situaciones es un emergente que depende al menos de tres factores:
1.     Cuál es mi principal referente de vida (mi mismo (individual), los otros cercanos (individual + familia), los otros lejanos (social), todos los otros (integral) o lo Superior, lo trascendente).
2.     El balance yo-otros con el que abordo cada situación, por lo que a veces puedo comportarme de una forma muy individualista y a ratos muy orientado a los otros y a la comunidad.
3.     El contexto y las situaciones que vivo y cómo me relaciono con ellas, es decir, cuánto sentido personal me despiertan, qué análisis hago de lo que se puede lograr al participar en ellas y la expectativa de cambio que supongo puede generar mi presencia.

Es decir, la vinculación individualista o comunitaria no es estable y depende de mi interpretación específica del sentido y el significado de la situación que emerge. Por lo mismo, podemos afirmar que somos individualistas y comunitarios a la vez, algo así como varios yoes que existen dentro de mí y que se activan o no según la importancia que le doy a las situaciones que vivo. Por lo mismo, no hay disyuntiva yo-otros, sino que una agregación que se debe analizar contextualmente.

¿Cómo impacta en las organizaciones esta visión emergente y adaptada a los contextos nacientes?

El trabajo es un espacio de habitar humano, social por definición. Vivimos y somos con otros en el trabajo, fuente de sentido y de logro para la mayoría de las personas, no obstante los múltiples significados y realidades del trabajo. Proyectando este análisis como tendencia de mediano plazo se observa un individualismo en retirada, donde los espacios compartidos de sentido y acción comienzan a ser progresivamente importantes.

El individualismo está en crisis por la búsqueda de sentido con otros. La necesidad de trascendencia tiende a agotarse y no se satisface por vías individualistas. En el mediano plazo la necesidad de trascendencia personal necesariamente tenderá a expresarse por caminos organizacionales y comunitarios, por lo que lo emergente de los temas socio-organizacionales resultará clave.

¿Qué va a pasar cuando la agenda de las empresas este fuertemente definida por los agentes internos, cuando los estudiantes que este año han marchado por las calles sean parte de su equipo de trabajo y operen sin miedo, con exigencia y entendiendo que tienen poder de organización?

La solución puede estar en la creación de una cultura que acoja con mayor empatía las necesidades de grupos y personas, acoger su voz mediante la participación. Una cultura de conectividad. ¿Cuáles son las estrategias para promover la participación? ¿Cómo hacemos para que los dueños y los gerentes amplíen su paradigma de empresa y valoren la participación y el involucramiento de los empleados como una necesidad mínima para los próximos años, según las tendencias de los nuevos trabajadores?

Anticipamos que serán grandes temas de gestión organizacional el involucramiento de las personas, con la necesidad de construcción de espacios de significados compartidos, y la existencia de un liderazgo participativo y coherente. Hoy aún son deseables. En 5 años más serán imprescindibles. La velocidad de los cambios sociales, culturales y generacionales así permite pronosticarlo.

Me importo yo y me importan los otros. Esta constatación perfila un nuevo rol para los gerentes, particularmente los gerentes de personas: gestionar los significados y las emociones de las personas para proveer sustentabilidad emocional y asegurar los resultados presentes en el largo plazo.

Hoy aún observamos muchas empresas inmaduras, administradas desde el miedo y con el tradicional liderazgo autoritario. La tendencia será hacia construir dinámicas organizacionales maduras desde diferentes estrategias organizacionales, por ejemplo, liderazgo coherente y coaching grupal. Es decir, alcanzar la madurez socio-organizacional desde la madurez personal y la madurez relacional

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